Cerrar
Publicado por
EDUARDO CHAMORRO
León

Creado:

Actualizado:

HICIERON lo más sensato: sacar al agonizante de allí y llevarlo al otro extremo del Mediterráneo. Si supiéramos quién y cómo se decidió esa medida tan acertada, sabríamos algo fundamental para intuir el futuro de Palestina. Ramala no habría aguantado sin reventar a tiros un psicodrama como el montado en el hospital francés de Percy, con todo ese ir y venir de sicofantes y la muy acaudalada previuda dando voces de financiera aflicción. Ahora se abre un periodo de sesenta días para la celebración de unas elecciones a las que no se sabe si los grupos se presentarán con o sin armas, y se inicia una transición que será espectacular, bajo un par de presupuestos. Uno es de carácter general y empírico, y tiene que ver con que las transiciones no suelen culminarlas quienes las diseñan y desarrollan. El otro es de carácter particular y especulativo: la transición marcará en Palestina el fin de una época de autocracia simbólica con un mando militar de alcance sectorial -por no decir fragmentado-, y el comienzo de la historia en los términos de un poder auténtico y de una autoridad real y tangible, armada y con el monopolio consensuado y legal de la violencia. Con trece organizaciones armadas y tres cuerpos diferentes de policía, no se puede decir que Palestina tenga la más mínima noción de lo que es hacer política sin la amenaza de que se le venga a uno la casa encima, minada por los propios o bombardeada por los ajenos. El último que intentó algo parecido fue Abu Abbas cuando fue nombrado primer ministro; duró tres meses. La responsabilidad de Arafat en la penosa y turbia situación de Palestina no se la quita ni Haider Abdul Shafi, actual presidente de la Media Luna Roja y jefe de la delegación palestina en la Conferencia de Madrid de 1991: «Arafat nunca trabajó a favor de la unidad que nos habría hecho fuertes frente a Israel». Pero tampoco encuentra quién podría conseguirla entre los que disputan y disputarán la sucesión a la presidencia. Abdul Shafi no es un pacifista. Está a favor de prolongar la Intifada, como lo están, al menos por ahora y de palabra, todos los dirigentes palestinos, aunque esa actitud cambiará en cuanto se enfríen los restos de Arafat, y se haga pública la opinión del secretario general de Al Fatah en la Franja Occidental, Marwan Bargouti, un hombre que junto con Mohamed Dahlan reúne más de los cuatro ases en la manga. Bargouti sufre una condena de cinco años en una prisión de Israel por ataques contra civiles. La mayoría de los observadores consideran improbable que Israel entre a considerar su liberación. Pero la muerte de Arafat abre un margen de optimismo a la espera de que lo improbable puede convertirse en la piedra angular de lo posible.

Cargando contenidos...