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Evitar barreras
EN ESTE frío otoño andan las brigadas de obreros rebajando los bordillos de las aceras para eliminar barreras arquitectónicas que hace tiempo debieron evitarse. Es una buena medida, porque los minusválidos y las personas que llevan cochecito de bebé o carro de la compra tienen que realizar un penoso peregrinar para andar por la ciudad. Y aunque algunas aceras se habían rebajado ya cuando las remozaron quedan todavía muchas que causan problemas a quienes en sus movimientos dependen de las ruedas. Claro que deberán seguir sorteando obstáculos como señales de tráfico, mobiliario urbano o semáforos tan abundantemente plantados en medio de unas aceras que no son especialmente anchas en nuestra ciudad. Por cierto hablando de obstáculos, cada vez es más problemático andar por el Rastro y por los mercados de martes y viernes en Papalaguida porque cada día hay más mesas colocadas en el medio y casi no se puede pasar, especialmente con carros o cochecitos. Un poco más de vigilancia para que cada uno se instale en su sitio resolvería el problema. Y también hace falta vigilancia para evitar que los vándalos nocturnos de los fines de semana sigan quitando las tapas de los sumideros centrales que hay en muchas calles peatonales, como por ejemplo en Burgo Nuevo, donde el pasado domingo a las tres de la tarde estaban casi todas las tapas levantadas, con el consiguiente peligro para quien pasara por allí sin fijarse. Más vigilancia y aplicar la ordenanza para que paguen sus autores, porque muchas tapas están rotas.