Otra idea, otro error

LA IDEA de suprimir las desgravaciones de los planes de pensiones es un error social de primera magnitud. Primero, porque la ciudadanía se ha creado unas expectativas en este sentido, que generan ahorro y que descargan la presión sobre el sistema público de pensiones -lo lógico es que éste proporcione prestaciones básicas y que quien quiera disponer de más recursos tras su jubilación financie su propio plan-. Y, segundo, porque no tiene mucho sentido que quienes se definen como progresistas acometan una actuación que, a largo plazo, reducirá la calidad de vida de las clases pasivas. En toda Europa, la tendencia propende a estimular los planes privados de pensiones, que además generan ahorro. Debería reflexionarse mucho antes de dar un paso que no tiene justificación económica.