No somos racistas

IGNORO si los ingleses, como dice Luis Aragonés, son más o menos racistas que otros pueblos y otras gentes, pero no tengo ninguna duda de que muchos españoles son racistas y que algunos alardean de ello públicamente. No tengo ninguna duda de que Aragonés no quiso ofender a los negros cuando llamó «negro de mierda» a Thierry Henry, pero Aragonés no puede ser considerado como un español cualquiera, sino que es el seleccionador nacional de fútbol y la Federación debería haberle sancionado duramente por un comportamiento impropio que ha tenido evidentes consecuencias. Todos somos responsables de nuestras palabras, pero quienes ocupan y cobran por ello cargos de responsabilidad, lo son mucho más. Casi nadie reconoce ser racista, pero en los dos partidos amistosos jugados esta semana con Inglaterra, los gritos racistas han sido muchos, demasiados. Dicen algunos que los españoles no somos racistas y que aquí han convivido culturas y razas diferentes. No hay más que mirar la respuesta social ante los inmigrantes pocos todavía para comprobar que las cosas no son así. Son siglos de cultura de superioridad desde aquellos tiempos en que los infieles no tenían alma. Las frases despectivas sobre los negros forman parte de nuestra cultura que, a falta de negros, ha tenido en los gitanos la raza marginada, y en Sabino Arana un apóstol de la xenofobia, hoy elevado a los altares por quienes creen que un RH puede dar algún carné de superioridad. Los españoles no somos racistas, no está bien visto hasta que nuestra hija dice que tiene un novio negro, gitano o árabe. No somos racistas si nuestro interlocutor es un ejecutivo de color y no un «negro de mierda». No somos racistas hasta que nos dicen que en la clase de nuestro hijo hay cinco negros o tres árabes. No somos racistas, pero no es lo mismo un delito cometido por un español golfo que por un gitano o por un inmigrante desesperado. No somos racistas, pero educamos a nuestros hijos para que eviten a las personas de otro color, de otra raza, de otra cultura. No somos racistas, pero queremos que haya menos inmigrantes, aunque vengan para hacer los trabajos que los españoles no quieren hacer. No somos racistas, pero nos parece bien que les paguen sueldos basura. No somos racistas, pero sabemos que ellos son los vagos, los delincuentes y los ladrones. No somos racistas. Faltaría más que esos indeseables nos acusaran de eso. Algún día se enterarán de que sólo existe una raza: la raza humana.