Vendiendo Bierzo con furgoneta

LOS BERCIANOS son gente trabajadora, emprendedora y muy reivindicativa. Me dí cuenta de verdad cuando estuve un año trabajando fuera de la comarca. Son también muy buenos comerciantes. Un berciano que se precie está vendiendo siempre lo suyo. Si tienen un producto, con habilidad han conseguido, antes que otras comarcas, colocarle la etiqueta de la denominación de origen y hacerse cada vez un mayor hueco en el mercado. Creo que en ocasiones son incluso más chauvinista que el francés. En buena medida, contribuyen a ello los políticos, aunque en ocasiones esta clase política vaya por un lado y el pueblo por otro. Hace unos días, a un dirigente del Consejo Comarcal del Bierzo, -la administración de los 37 ayuntamientos de la zona-, se le encendió la bombilla y se empecinó en promocionar el Bierzo. No se le ocurrió mejor cosa que comprar una furgoneta, gastarse en ella unos cientos de miles de euros públicos y salir a la calle a vender Bierzo. Como los antiguos pescaderos del carrito de tres ruedas, que iban por los pueblos a grito pelado vendiendo sardinas y pulpo de Galicia. Con la boina calada. Me confieso un apasasionado de lo berciano, de su paisaje, de su gastronomía, de sus gentes. No en vano llevo más de media vida aquí, pero cuando ví la furgoneta sobre una acera de Ponferrada y unas figuras de cartón que llamaban «Medulines», no pude contener por menos la risa. Me pareció una imagen cutre salchichera de lo berciano. Esta humilde reflexión viene a cuento de que, en ocasiones, los políticos toman decisiones porque a alguien se le ocurre de repente algo y decide ponerlo en práctica, sin encomendarse ni a dios, ni al diablo. Da igual si conviene o no; se gasta el dinero, sin más, máxime si es público. Igual estoy equivocado, pero creo que la promoción del Bierzo debería ir envuelta en algo más serio que una furgoneta con tipismo. A lo mejor es que somos así y queremos proyectar esa imagen discutible. Promocionar el vino del Bierzo en una furgoneta entraría dentro de lo razonable, pero toda una comarca, creo que no. Merece más. Y todo esto pasa cuando los políticos de uno y otro color se lanzan las palabras a la cabeza para decir quien trae más millones de euros para el Bierzo. No deja de ser un discurso ajado, pueril y poco edificante. Los del PP, defendiendo los presupuestos de la Junta porque manda Herrera. Los del PSOE, destacando las bondades de la caja del Estado porque la llave la tiene su jefe Zapatero. Y luego esa postura trasnochada de los del PP pidiendo ahora el oro y el moro al Gobierno central, y los del PSOE, lanzando la patata caliente al tejado de la Junta porque gobiernan desde hace tiempo los populares. Entre unos y otros se han llamado de todo menos bonito y dudo que con ello ganen votos y credibilidad. Esto por la parte de los que dan. Pero luego, están los que piden. Que el PP pide cuatro millones para el castillo, el casco histórico de Ponferrada o las autovías de las estrellas; pues el PSOE, dos huevos duros, ocho millones. Y todos tan panchos. Que el PP pedía tres carriles para enlazar la autovía del Noroeste desde Ponferrada con la de la Rías Baixas en Orense, pues el PSOE cuatro carriles. Somos así.