EL BALCÓN DEL PUEBLO
Argumentos artificiales
LA COBERTURA informativa sobre la crisis política en el Ayuntamiento de León está haciendo sudar a los periodistas. Han tocado todos los palos. Y lo que queda. Es muy complejo cribar todas las informaciones y separar la paja del trigo. Por tercer día consecutivo entro al trapo. Estoy obligado, entre otras razones, porque por eso me pagan. Tanto los presentadores de la moción de censura, como el secretario regional azul, Alfonso Fernández Mañueco, y el nacional, Ángel Acebes, han querido justificarla con dos argumentos esenciales: 1)Había inestabilidad en el Ayuntamiento. O cambian de lectura o acabarán atrapados en su propia red salvavidas. Lo cierto es que el equipo de gobierno actual no había perdido ni una sóla votación. También es cierto que, a partir de ahora, los catorce ediles-doce del PP y los dos no adscritos- podían provocarla y el actual equipo no sacar adelante ni una sola propuesta que requiera mayoría absoluta. Pero las prisas de Mario Amilivia y de Rodríguez de Francisco no les dejaron -tampoco a los leoneses- visionar la inestabilidad. Justifican la presentación de la moción de censura en un futurible. Hasta ahora no se ha dado. Argumento, por tanto, artifical que no nos dice nada. Y 2) Han utilizado el presunto intento por parte socialista, con la complicidad de la UPL, de sacar a José Mª Rodríguez de Francisco del Ayuntamiento. Es falaz completamente, porque tal intento no podía producirse sin el deseo o interés expreso del interesado. (Por cierto, me consta que ayer se reunió el consejo de administración de Ebro-Puleva. Un miembro preguntó sobre la entrevista del presidente con Rodríguez de Francisco. La confirmó. Se celebró a petición del edil leonés. Lo que no ha transcendido es de qué hablaron. Ya lo sabremos. Y no tardando. Quizá hoy mismo). En su justificación de la moción de censura y como cortina de humo, los tres niveles del PP que han intervenido han hablado de posible corrupción. Al día de hoy ya parecen arrepentidos. El propio Fernández Mañueco no quiere oir hablar de comisión de investigación. Pero lo dicho, dicho está, y por haberlo dicho, han colocado al Ayuntamiento de León, a los firmantes del pacto y, sobre todo, a las empresas mencionadas o relacionadas con la institución municipal, en el punto de mira de la Fiscalía Anticorrupción. Lo último que querían los autores del pacto. Si la Fiscalía Anticorrupción llegara a intervenir y averiguar qué está pasando en el municipio leonés, más de un concejal y, desde luego, varias empresas, se verían en situaciones muy poco cómodas. Por ahí, quizá, venga el intento de rebobinar del inconsistente Fernández Mañueco. Lo que sí es seguro es que los ciudadanos de León que sostenemos con nuestros impuestos a este Ayuntamiento y a los concejales que lo dirigen, merecemos y necesitamos la máxima transparencia. No debemos caer en la tentación de asumir que «todos son iguales». No lo son. El corregidor al que le van a mover la silla es un buen ejemplo. No ha insultado, ni conmocionado la vida municipal. Aún perdiendo, gana. Para otros puede ser la última pirueta política.