Toque de concejo

LA MOCIÓN de censura contra la actual coalición de gobierno del Ayuntamiento ha sido presentada. Se votará el día 3, con lo que el gobierno municipal cambiará de manos: nueva alcaldía de Amilivia, quien sale muy reforzado, en coalición de sus concejales con Rodríguez de Francisco y Covadonga Soto. Obviamente, tal cambio a los socialistas no les ha hecho ninguna gracia. Psicológicamente es un revés tremendo que Zapatero pierda la alcaldía de su ciudad y algunos marginados por él no dejarán de restregárselo. Además, al paso que van ZP su Gobierno, otro tumbo más solo corrobora el enorme fiasco que ambosl están siendo. Los del Ayuntamiento tratan de ahogar el pez en agua y se olvidan de sus maniobras para conseguir y conservar el gobierno municipal. Solo hablan del acuerdo que sustenta la moción, pero nada de lo de querer comprar a De Francisco para que corriese la lista de la UPL; es una vergüenza pactar con tránsfugas; que intervenga el Fiscal Anticorrupción, que se expulse a Amilivia y a sus concejales del Partido Popular, etcétera. En fin, lo esperado, ni más ni menos. Por lo visto, los dos concejales eran estupendos si pactaban con el PSOE, y son poco menos que delincuentes si pactan con el PP. Pues no, desde luego que no. Aquí no hay más cera que la que arde: dos concejales no adscritos expulsados de su partido hace meses, y a los que los socialistas demandaban el apoyo en cada pleno -nótese esto, porque tiene su importancia- han pactado una moción de censura con el PP que es -no se olvide tampoco- la formación que obtuvo más votos y más concejales en las pasadas elecciones municipales. La que se ha quedado con el paso cambiado ha sido la UPL, pues han jugado sus cartas con tanta picardía que se les ha venido abajo el tinglado y se van a ir a la oposición. Sobre ello conviene decir algunas cosas. La primera, que alguno ciertamente y quizá todos sus concejales, estaban muy a gusto con el actual pacto de gobierno. La segunda, que la dirección de la propia UPL llegó a plantearse, al parecer muy seriamente, la posibilidad de cambiar de bando y coaligarse con el PP. La tercera, que hubo una cena en Valladolid en la cual la UPL comenzó pidiendo la alcaldía y, además, un senador autonómico. Ambas cosas eran a todas luces excesivas, sin contar con que, para dar gusto a esta última petición, tendrían que dimitir Isabel Carrasco o el mismo Juan José Lucas y pienso que no estarían por la labor, por algunas razones evidentes y por otras que me callo. En todo caso, durante la última semana no hablaban con los concejales del PP ni por teléfono, estaban sonrientes y relajados, seguros de que De Francisco se marchaba de la política. No ha sido así, por lo que han convocado el pacto antitransfuguismo, y han negado lo que hasta hace bien poco parecía una verdad inconcusa: que De Francisco se iba ¿por qué estaban tan seguros de ello? No lo aclaran. El propio interesado sí lo ha dicho y se ha armado la marimorena. Ha añadido que tiene pruebas. Y que no le provoquen o alguien del gobierno puede pasarlo mal. Viniendo de él, sería una insensatez tirar en saco roto tales palabras. En los próximos días sabremos si eran galgos o si eran podencos. En todo caso, sí que es evidente que ha sonado, y bien fuerte, el toque de concejo.