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Publicado por
JAVIER TOMÉ
León

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A PESAR del tiempo que llevan sonando todos los timbres de alarma imaginables con respecto a lo que se ha dado en llamar violencia de género, ese regusto agónico que va dejando una lista en incremento de mujeres masacradas a manos de sus parejas, las tonterías machistas y sus muchos prejuicios se siguen colando de rondón en la primera página de la actualidad. Y ello por no hablar de una ofuscación como la mostrada por las musulmanas de Fuengirola, que salen en grupo a defender al imán Mohamed Kamal Mostafa, condenado a 15 meses de prisión por recomendar la forma de apalizar a las mujeres sin dejar huellas visibles. Pero el último gran protagonista de esta violenta campaña contra la Faldocracia no es el imán de la regleta sino un tal Segundo Mesado Lobato, alto cargo de Correos y director de Filatelia por más señas. En el acto de presentación del sello conmemorativo del V Centenario del fallecimiento de Isabel la Católica lanzó una frasecita que roza lo patológico, al afirmar literalmente que «no hay que pegar demasiado a las mujeres». Una disquisición filosófica que le ha costado el cese inmediato, a modo de recompensa moral y laboral por el grupo de diablillos que deben de bailar en su obnubilada psique para soltar en una tribuna pública semejante sandez. El terrorismo emocional que padecen algunas mujeres españolas, cazadas como conejos de campo un día tras otro, no permite una ligereza de tal calibre, pura pirotecnia verbal que nos demuestra, una vez más, que mantener la sensatez es una imposibilidad consagrada en España. Y más cuando los leones siguen reclamando su ración de cristianos o, mejor dicho, de cristianas.