Diario de León

TRIBUNA

El enemigo es el carbón

Publicado por
VICENTE MIRÓN VÁZQUEZ
León

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CADA VEZ que me planteo una colaboración en la prensa una voz interior me dice que no lo haga, dado el gran esfuerzo que supone para una persona cuya formación es solamente la adquirida hace ya treinta años en la Escuela Sindical. Si bien hay quien dice que los de la Sindical salimos preparados para todo, lo cierto es que a mí esto me supone un gran esfuerzo que esta vez se ha visto incrementado de forma casi infinita, dado que seguro habrá algunos que inmediatamente asocien estas líneas con mi condición de trabajador de Endesa, empresa en la que, por cierto, el próximo año hará veinticinco años que presto mis servicios y que saldrá profundamente perjudicada si no se modifica esta propuesta sobre derechos gratuitos de emisiones. Habrá otros que pensarán que esta circunstancia no es neutra y que yo cojo en estos momentos la pluma porque soy un defensor fiel de mi empresa. Pero, por otro lado, también el próximo año hará veinticinco que milito con carné en las Comisiones Obreras , sin carné algunos más y que una de mis ocupaciones actuales es ser responsable de comunicación de la Federación Minerometalúrgica en Castilla y León. Y no podía dejar de transmitir los temores que sobre el futuro del carbón nos asalta en estos días a la comisión ejecutiva, a nuestros afiliados y estamos seguros de que al total de trabajadores afectados por esta medida . Dado el importante impacto que sobre el mismo tendrá el plan de asignaciones que el actual Gobierno del PSOE trata de sacar adelante y que castiga de forma inmisirecorde a las compañías eléctricas cuyo mix de generación tiene una parte importante de carbón y que beneficia a aquellas empresas que consumen una parte pequeña del mismo, y sobre todo a las distribuidoras y ahora recientemente generadoras con ciclos combinados de gas. Esto no podemos pasarlo por alto porque es Gas Natural, empresa del grupo La Caixa, entidad que algunos exhiben como buque insignia de la Industria y las Finanzas de Cataluña, la que se lleva la mejor parte de todo esto. Sirva como ejemplo que mientras a Unión Fenosa, empresa con fuerte presencia en nuestra comunidad, se le conceden un 22% menos de emisiones con respecto al funcionamiento previsto a Iberdrola, se le otorga un 27% más, y sobre todo a Gas Natural que se le dan de forma graciable hasta un 325% más de emisiones que las que necesitaría para su funcionamiento previsto, si excluimos los ciclos combinados de gas. Pues bien, ahora es el tiempo de asumir compromisos con el carbón y han de asumirlos tanto el Gobierno de la Junta de Castilla y León, como el PSOE regional, cuyo secretario general, Ángel Villalba, nos consta que participa de la preocupación sindical y está haciendo esfuerzos para que el Gobierno del Estado no haga suya la propuesta inicial y se aplique en hacer las modificaciones oportunas antes de la publicación del decreto, porque si al final se consumara la agresión al carbón, principal fuente de riqueza de nuestras cuencas y de nuestra comunidad, pensaremos que hay intereses y cesiones nacionalistas, y que no les importa aumentar los desequilibrios territoriales que ya existen entre nuestras comunidades y nacionalidades. Y que el señor Montilla, ministro de Industria, cuando nombró director general de Política Energética y Minas a Jorge Sanz Oliva, ya tenía intención de despejar el camino del gas por la vía de acelerar la desaparición de nuestro carbón. Por eso aquí no debemos dejarnos influenciar por posiciones como la manifestada por el senador socialista José Giménez, que mantiene la tesis de que Endesa se queja porque pretende sacar algo a cambio. Probablemente el senador tenga razón, pero han de darle mucho para equipararla con Gas Natural. De todas formas, en esta guerra, tanto Unión Fenosa como Endesa son víctimas colaterales, pues el enemigo a batir es el carbón, al que con las emisiones concedidas se le obliga a reducciones del 11% anual. Pero esto, creo que mejor que usted lo ha entendido su secretario regional y estoy convencido que también su secretario provincial, don Miguel Martínez, con el que hasta la fecha no hemos tenido oportunidad de hablar. Porque si no, no es posible entender que aquí se trate de legislar de manera completamente distinta a países de la Unión Europea como Alemania, donde están en construcción nuevas centrales de carbón y donde además las grandes empresas del sector prevén que la generación con carbón será aproximadamente el 50% del mix de generación; o Francia, cuyo plan permite el mismo crecimiento de emisiones de todas las instalaciones del sector eléctrico. Y qué decir de Italia, que está tratando de bajar sus precios de la electricidad aumentando, como no puede ser de otra manera, sus energías renovables, pero también aumentando el empleo del carbón, que pasará de un 10% a un 15%. Asimismo, el Reino Unido reserva una participación importante para el carbón en su plan de asignaciones. Lo mismo podríamos decir de nuestro vecino Portugal, que permitirá con su plan el funcionamiento en base de las centrales de carbón, para lo que les asigna casi 7.900 horas de funcionamiento, sin que por lo visto en nuestro país nadie se haya parado a pensar el daño económico que esto nos hará en el futuro si se instaurase el Mercado Ibérico de la Energía. Porque si Europa no pretende disminuir su generación con carbón nosotros hemos de hacerlo con el nuestro más allá de lo razonable, sabiendo que con ello las empresas generadoras, como Endesa, que tenían previsto hacer inversiones en el Bierzo por veinte mil millones de las antiguas pesetas para afrontar la necesaria desulfuración de sus grupos nuevos, tenga la intención de paralizar las inversiones con las consecuencias nocivas que esto tendría ya que condenarían a corto y medio plazo a nuestras cuencas a la desertización, pudiendo acometer una planificación más lenta que permita, a la vez que diversificamos nuestro tejido industrial, seguir explotando un recurso natural que de forma tan abundante y a unos precios infinitamente más competitivos tenemos en nuestra comunidad. Por todo esto, las fuerzas sociales de Castilla y León debemos exigir que la aplicación del Protocolo de Kioto, de cuyos beneficios para el medio ambiente nadie duda, no interfiera de forma sesgada sobre la inmediata negociación del Plan del Carbón, que en esta ocasión ya adelantamos que no sólo deberá contemplar proyectos serios de reindustrialización, sino que debe permitir la apertura de la negociación colectiva para llegar a un gran acuerdo sobre un convenio marco para el sector del carbón, que facilite la equiparación de las condiciones laborales de todos los trabajadores de la minería.

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