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Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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LLAMAMOS arte a la virtud, disposición o industria para hacer alguna cosa, incluso para las que no son nada artísticas. El revuelto gremio de los políticos ha ampliado el inefable territorio, ideando el sutil arte de contradecirte. Siempre que alguien hace unas declaraciones inoportunas, que es casi siempre, intenta después rectificarlas, o sea, llevarse la contraria. Cuando se da cuenta de que ha metido la pata hasta la decisiva frontera de la ingle, intenta sacarla hasta la rodilla, pero no siempre es posible. Las palabras quedan y lo dicho, dicho está. La volátil ministra María Teresa Fernández de la Vega, quizá para resarcirse de las ligerezas que no cometió nunca, calificó de «tenebrosos e inmovilistas» a los curas y los jueces. No seré yo quien le reproche esos ásperos juicios, pero sí soy el que cariñosamente estime que ha podido incurrir en generalizaciones. El caso es que después de expresar esos criterios tan unívocos se ha visto en la necesidad de desmentirlos. Después de asegurar que ambos gremios se están oponiendo desde hace siglos a los avances, asegura que se refería sólo a un sector de ellos. La virtud de la prudencia, que participa del vicio de la cobardía, cada vez tiene menos cultivadores. Las declaraciones de esta buena señora han abierto otro cisma, como si fueran pocos los que tenemos. La vicepresidenta pajaril afirma ahora que se refería a determinados «sectores minoritarios». ¿No le hubiera sido más fácil no ofenderlos a todos?. Nuestros políticos, cuando no tienen nada que hacer, hacen declaraciones. Olvidan que para hablar es recomendable decir algo que mejore el silencio y que «nos será tenida en cuenta toda palabra ociosa». Hablan por hablar o por no callar y se meten siempre en un lío superior al anterior, aunque lleven provocados muchos. El recalcitrante señor Acebes ha llamado «indecente» a la vicepresidenta porque «insulta a los católicos, a la independencia judicial y a la democracia», pero la pregunta clave es otra: ¿es tan difícil permanecer un ratito callados, trabajando?.

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