El arte de estarcansado

LA ÚNICA razón conocida y oficial por la que Zapatero suspendió el pasado lunes su viaje a Varsovia, donde iba a presidir junto a su homónimo Marek Belka la segunda cumbre hispano-polaca, fue la de una incompatibilidad entre ese desplazamiento «con lo que fue el desarrollo de la comisión». Se refería el presidente, en réplica a una crítica de Rajoy, a la comisión parlamentaria del 11-M, en la que estuvo respondiendo durante catorce horas a las preguntas de siete grupos parlamentarios, algunas de gran benevolencia, y otras, las del 'popular' Zaplana especialmente, con cierta dosis de veneno político, como es habitual en los lances del Congreso. «Y sí», precisó Zapatero al líder de la oposición, «tengo que decir que estaba algo cansado». Detrás de ese leve cansancio podría adivinarse en el presidente español el deseo de evitar todo acuerdo con el «premier» polaco Belka sobre reparto de los fondos de cohesión comunitarios sólo dos días antes de la reunión del Consejo Europeo, iniciada ayer en Bruselas. Polonia y España van a tener el mismo peso en las decisiones de la UE a partir de la entrada en vigor del texto constitucional, y ello aconseja que ambos países mantengan un buen entendimiento en el terreno político. Pero el dinero es otro asunto, y en él hay discrepancias serias entre Madrid y Varsovia. Polonia tiene prisa por empezar a recibir la parte que le corresponda de los fondos de cohesión, mientras que España no sólo carece de prisa por ver rebajados los suyos sino que aspira a que esa reducción se produzca muy lentamente y de la forma más imperceptible para el desarrollo de nuestras infraestructuras. Hasta el año 2007, las arcas españolas no verán disminuidos los fondos de cohesión que vienen percibiendo, pero a partir de ese año, y hasta el 2013, la reducción sería muy dolorosa si antes no consiguiera la diplomacia española en Bruselas y la movilidad europea del Gobierno que el recorte se extienda a lo largo de un tiempo, se realice suavemente en etapas y permita que al menos el 40 por ciento de lo que ahora se percibe, se siga percibiendo. Ha sentado muy mal al Gobierno polaco la suspensión del viaje de Zapatero, quien insistía sin embargo tras su plantón en que se fijará una nueva fecha para la cumbre bilateral, y a ver si en esa ocasión puede asistir, y seguramente podrá, ya que las diferencias sobre dinero comunitario se solucionan por vía indirecta, defendiendo cada parte sus razones en Bruselas y en las cancillerías nucleares de la UE. Al margen de esa discrepancia relacionada con el presupuesto comunitario, se extiende un amplísimo espacio para acuerdos bilaterales de toda índole.