EN BLANCO
Dialéctica de trinchera
COMO el affaire Zaplana con el Tribunal de Cuentas se pone cada vez más feo, los del PP redoblan sus esfuerzos para que no se hable de ello y extreman su dialéctica de trinchera. Lo ultimísimo era lo de Arístegui en el Parlamento, al vaticinar que el Gobierno, después del acuerdo sobre Gibraltar, cederá Ceuta y Melilla, Canarias, Almería y hasta Córdoba, supongo que a los musulmanes marroquíes. Ante semejante y ofensivo dislate, lo que yo no entiendo es cómo los del Gobierno y del PSOE son tan blanditos que no ponen a ese señor y a otros muchos en su lugar. Tiene que ser otra vez Labordeta, que ni es del Gobierno ni es del PSOE, quien llame al orden al portavoz de Exteriores del PP evocando que ellos fueron los que tomaron las terribles decisiones sobre Irak basándose en la falsa premisa de que allí había armas de destrucción masiva. Siempre en el terreno de las desmesuras, Acebes insiste en que el Gobierno rompe el Pacto Antiterrorista al nombrar a Peces-Barba Comisionado para las Víctimas sin contar con el PP. Ese nombramiento es una decisión que nada tiene que ver con el Pacto, pues está en el ámbito político-administrativo del Gobierno, que no implica para nada tomas de decisión que afecten a la política antiterrorista. Rubalcaba ya le ha recordado que lo que sí afectaba a esa política era la modificación del Código Penal en esa materia sin contar para nada con el PSOE. Por no hablar de las insidias en torno al proyecto de los socialistas vascos sobre la reforma del Estatuto de Autonomía, en lo que los del PP quieren ver oscuras y siniestras intenciones de engancharse al carro del secesionismo. Para qué seguir.