Diario de León
Publicado por
ANTONIO PÉREZ HENARES
León

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UNA ENCUESTA entre internautas en absoluto científica -en realidad ningún sondeo lo es, pero si masiva ya que se emitieron más de 20.000 votos-, elevaba al primer puesto de las preocupaciones, muy por encima de terrorismo y paro, el problema de la unidad de España. El Rey, al día siguiente, en su discurso navideño conectaba de manera precisa con la preocupación ciudadana y hacia un potente, sentido y reiterado alegato de defensa de la Constitución y de la unidad de la Nación española. Y si eso se hace es porque tanto el pueblo como el monarca olfatean de manera muy clara el peligro. En realidad el toro secesionista, el ataque contra la Constitución, la ruptura de nuestra ley de leyes, el desguace de la soberanía del pueblo español sobre el conjunto de las tierras y comunidades de España es un peligro que tan solo se niegan a ver los ciegos interesados y aquellos que pretenden, aunque cada vez menos, camuflar sus intenciones separatistas. Porque ya está claro. No es en absoluto un centralismo lo que les provoca esta España plural y diversa, que es la más descentralizada y con mayores niveles de autogobierno de Europa. No valen más mentiras y la careta ha caído, ni sirven mas ofrendas ante el ídolo para apaciguarlo. Los nacionalistas quieren simple y llanamente la ruptura de España y la secesión. No verlo o seguir rindiéndose a sus exigencias supondrá un suicido colectivo de la nación española y del pueblo español. Será lanzarnos al abismo de una desintegración justo cuando juntos hemos logrado los mejores años de nuestra historia en libertad, democracia y progreso. Tras el discurso del Rey no hacía falta ser adivino para saber que el PNV iba a poner gritos en el cielo ni lo que los de ERC piensan de él. Fue gratificante sin embargo la moderación de CiU y resultó una vez más alucinante la posición de una representante de IU, una senadora que negaba el derecho al Jefe del Estado el derecho a defender la Constitución y a su Estado, España. En su deriva hacia la marginalidad ¡que poco queda en ellos de aquel partido que fue talismán de la transición y se hizo acreedor del respeto y hasta de la admiración de todos, que se llamo PCE!, esa extraña magma ahora se va del brazo con lo más reaccionario y retrogrado, con la ideología mas cavernícola que ahora sacude Europa: el nacionalismo. Y se visten de progres en entierro porque se han olvidado de ser rojos. Los dos grandes partidos, con su matices y arrimes de sardina, si parecen haber percibido la gravedad del asunto que nos ocupa. Pero la preocupación sobre la deriva del PSOE y del Gobierno es cada vez mayor. Porque el mensaje es cada vez mas contradictorio y no estamos los ciudadanos para falta de rumbo en cosa donde tanto nos jugamos. No vale andar con jueguecitos de trivial en Euskadi cuando la amenaza es ya inminente ni bailar en el filo de la navaja en Cataluña y, mucho menos, hincar cada día la rodilla ante unos socios, porque son sus aliados y socios, que cada vez enseñan mas sin pudor la oreja de que quieren romper España. Lo dicen ellos, lo quieren imponer ellos. Es el Gobierno quien parece no querer verlo ni oírlo. Zapatero es el presidente de España. ¿Nos quiere decir de una vez por todas que piensa hacer con ella? Ya es tiempo y ya es hora.

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