No hagan balance

AUNQUE el final de año sea época de balances, le recomiendo que no los haga. Simplemente disfrute de lo que tiene. No mire hacia atrás ni hacia adelante. Si acaso, mire hacia adentro y sólo si está seguro de que no le va a pasar nada malo. El 2004 se va con un país dividido vascos contra vascos, catalanes contra castellanos, media España contra otra media, y con unas perspectivas que no avalan el entendimiento. Ni el señor Zapatero está por el diálogo real con el PPr y éste -por cierto, ¿Rajoy existe?- todavía anda analizando el pasado, preguntándose por qué pasó lo que pasó en lugar de tratar de averiguar qué hacer para que no vuelva a pasar. No se acuerden de Ibarretxe y su plan para la independencia; no mencionen a Carod (no pierdan el tiempo en tonterías) ni siquiera cuando levanten su copa de excelente cava catalán; no miren las luces que Gallardón ha puesto en las calles de Madrid para molestar a sus votantes; no piensen en la sonrisa de ZP ni en sus continuos cambios de opinión; olvídense de los/las ministros/as que andan empeñados en volvernos locos a todos; ni siquiera mencionen cómo va el Campeonato de Liga o qué pasa con la Bolsa, ahora que parece que ha despertado, aunque no se sepa bien el motivo. Es tiempo de fiesta, de compartir lo que se tiene con la familia y los amigos. Que nadie le amargue la salida y entrada de año. Ya tendrán 365 motivos afortunadamente este año no es bisiesto- para el enfado, la preocupación, la protesta o el pataleo. Hoy no piensen en eso. Disfruten. La vida es corta y los políticos, eternos.