EN POCAS PALABRAS
La encrucijada iraquí
AYER fue asesinado a tiros el gobernador de Bagdad, a menos de un mes de las elecciones previstas. Y otras diez personas morían por la explosión de un coche bomba. En estas circunstancias, y con los sunníes reacios a concurrir electoralmente -porque son conscientes de que el poder recaerá en los chiíes, que forman la etnia mayoritaria-, la celebración de la consulta podría desembocar en un colosal fracaso que dificultaría el proceso de normalización. Cualquier aplazamiento supondría una victoria momentánea de los insurgentes, pero habrá que ponderar qué conviene más: correr el riesgo de una abstención masiva y una representación sesgada, o retrasar unos meses la cita electoral para conseguir mayores garantías de participación, transparencia y limpieza.