EL BALCÓN DEL PUEBL0
Más reflejos y menos oportunismo
HOY VISITA nuestra ciudad el director general de aeropuertos, Javier Marín. Llega a León cuando está en el filo de la navaja la perm anencia o el adiós definitivo de Lagun Air. Hay expectación por el desarrollo de la reunión y sus conclusiones finales. Javier Marín deberá comprometerse firmemente para que el Aeropuerto de León supere la situación de bloqueo en que se encuentra y se pueda asegurar, sin riesgo alguno de duda, que los obstáculos sufridos por Lagun Air dejen de serlo a corto plazo. Y todo ello con absoluta seguridad, no con promesas que se hielan en el aire. La situación es grave. Ya no es suficiente con anuncios de este calibre: los problemas son mínimos y se arreglan de un plumazo. Nos lo contaron hace más de un mes y lejos de arreglarse se derramó el tintero sobre el papel y todo se ha emborronado aún más. Se necesitan compromisos y plazos. Ayer hemos sabido que la compañía aérea leonesa Lagun Air necesita nuevos socios financieros para subsistir. El presidente del Consorcio, Martínez Majo, está realizando una gran labor de gestión para asegurar la viabilidad del Aeropuerto de León. A pesar de la inhibición de la Junta de Castilla y León, se ha comprometido, con el respaldo pleno de la Diputación, a buscar nuevos socios financieros para la compañía aérea. Además, el Consorcio debe exigir a la Junta de Castilla y León que los vuelos a La Virgen del Camino reciban el mismo trato que los que aterrizan o salen de Villanubla. Y el mismo apoyo. Cumplidos esos requisitos, seguro que Lagun Air no sólo no se irá de León, sino que tendrá todos los motivos para quedarse. Por eso mismo, resultan poco comprensibles las respuestas de algunos responsables socialistas, como las del delegado del Gobierno, Miguel Alejo, o las del diputado nacional Agustín Turiel. Sus declaraciones sólo pueden calificarse de absurdas, a la defensiva y de autistas respecto al sentimiento unánime de los leoneses, que no quieren perder 65 puestos de trabajo y, sobre todo, un servicio esencial en el futuro y una compañía aérea radicada en León. Si el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hubiera tenido esas miopías, no habría rectificado a la directora general de Protección Civil y a la ministra de Fomento por el comportamiento de los servicios durante la intensa nevada de Navidad. A los dirigentes locales del PSOE está claro que les faltan reflejos. A los populares, sin embargo, les sobra oportunismo. Están en su derecho al pedir soluciones y responsabilidades por elevación. Pero no deben olvidar que el director del Aeropuerto es un cargo heredado del Gobierno anterior. Menos mal que, aunque tarde, cargos públicos populares se han unido al clamor pidiendo su cese. En todo caso, Aena no tiene más remedio que despejar las incertidumbres que ha sembrado sobre el Aeropuerto de León y cumplir a la mayor brevedad todas las promesas. Y para empezar, sustituir al director del Aeropuerto por otro en el que puedan confiar tanto el Consorcio como las compañías que operan aquí. Es la hora definitiva de agarrar al morlaco por los cuernos, no por el rabo. El Aeropuerto de León es una pieza esencial para ganar el futuro. El pasado ya lo damos por perdido. Y el presente nos tiene sobre ascuas.