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Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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EL PP APOYARÍA ciegamente la lucha contra el plan Ibarretxe del Gobierno si el Gobierno asumiese la estrategia en cierto modo arrebatada del PP, pero como Zapatero mantiene en el puesto de mando una sangre fría de congelador, decidido a que la política sustituya a los impulsos, ante el desafío al Estado del nacionalismo vasco se esta escuchando el absurdo vocerío que levantan las discrepancias entre los dos partidos mayoritarios. Ya empieza a hartarse el PSOE de que el PP ofrezca, por un lado, al Gobierno apoyo en la lucha antiplan Ibarretxe y, por otro, descalifique la actitud supuestamente pasiva del presidente, a quien se le censura por recibir al 'lehendakari', como si hablar con él no fuera institucionalmente un gesto imprescindible. Entre la estrategia de cortar lazos y vías de comunicación con la discrepancia y la de mantener abierto el diálogo con todas las representaciones del Estado, como son los gobiernos autonómicos, hay la misma diferencia que entre el silencio y la voz. Saldrá el proyecto de Ibarretxe de las Cortes Generales con una estampilla de inviabilidad, pero el gran debate que lo rechace, mediante la aprobación de una enmienda a su totalidad, aclarará minuciosamente las razones por las que una mayoría parlamentaria cercana al 90% considera que el proyecto de nuevo estatuto vasco ni respeta a la mitad aproximada de la sociedad de Euskadi ni permitiría el normal funcionamiento del Estado autonómico, al sustituir uno de sus engranajes por una pieza confederal. Anteayer se reunieron, como todos los lunes, las direcciones del PSOE y del PP, y si los socialistas aprobaron un documento en contra del plan Ibarretxe, los populares lanzaron serias advertencias al Gobierno, indicándole que sin el PP poco podría realizarse en el campo de las reformas, constitucionales y estatutarias, planteadas. La semana que empieza será posiblemente la última en la que el lendakari ocupe todas las candilejas, pero estos días va a ocuparlas. El jueves visitará a Zapatero en La Moncloa; el viernes entregará oficialmente Atutxa, presidente del Parlamento vasco, el proyecto de nuevo estatuto a Manuel Marín, presidente del Congreso, y ambos hablarán del procedimiento de su tramitación, sobre el que poco cabe decir ya que el Gobierno ha decidido que se aplique el reglamente de la cámara. Se admitirá, pues, a debate en un pleno, y más tarde se le fijará a ese pleno fecha de celebración. Antes de las elecciones autonómicas de mayo, obviamente. Y el fin de semana, irá Zapatero a Euskadi, donde se reunirá, entre otras personas, con los alcaldes socialistas. Será una de las muchas visitas que realice el presidente al País Vasco hasta el mes de mayo. Hay mucho en juego en aquel territorio.