El modelo aznarista

LEO EN LA PRENSA que el presidente Zapatero, el mismo día en que el Plan Ibarretxe fue aprobado en el Parlamento Vasco, formó una célula de crisis para articular la respuesta política a tal iniciativa, célula de la que forman parte los personajes más indicados del Gobierno y del partido. Esta es una de las últimas pruebas de las diferencias entre el modo de gobernar de Zapatero y el que caracterizó a Aznar. El primero cuenta con su gente para la toma de las decisiones más importantes. El segundo siempre las tomaba por su cuenta y riesgo, exigiendo el acatamiento de todos sin rechistar. Pero la ventaja de contar con los demás no termina en el hecho de que eso es más democrático. Ni mucho menos. Ese comportamiento es además mucho más eficaz y útil, pues la opinión de varios o de muchos siempre dará resultados más sensatos y consensuados y que contemplarán todos los posibles matices mejor que cuando la decisión la toma uno solo en uso de su autoritario ordeno y mando. En el problema que nos ocupa, el Plan Ibarretxe, que es muy difícil y endemoniado, los comportamientos democráticos están especialmente indicados. Eso incluye también el exquisito respeto de todos los trámites y de todos los pasos a seguir en el seno de las instituciones, sobre todo el Congreso de los Diputados, donde ha de tomarse la decisión definitiva, ya que se conoce la voluntad muy mayoritaria de no aprobarlo. En este sentido, la manera de actuar de los dirigentes del PP en lo referido al Plan Ibarretxe está siendo muy aznarista, pese a que Rajoy ha procurado separarse de ese modelo en otras cuestiones.