LA VELETA
El modelo catalán
HORAS antes de que, finalmente, se cumpliera la abultadísima expectación ante el encuentro de Zapatero e Ibarretxe, creían saber los informadores políticos más avezados que el presidente del gobierno de la Nación española tenía perfectamente estudiada, establecida y meditada su actitud ante el lendakari: primero, su texto de reforma del Estatuto de autonomía para Euskadi no cabe en la Constitución. El rechazo sería rotundo y contundente. Tampoco tendría cabida el reiterado propósito de convocar un referéndum o consulta entre los ciudadanos vascos con la qure pudiera hallar apoyo popular a las ideas contenidas en el Plan. Por consiguiente, -y si el lendakari se avenía a escuchar sugerencias ajenas, cosa dudosa- se proponía Zapatero recomendar a Ibarretxe que recondujera sus planes y que siguiera el modelo catalán. ¿Cuál es ese modelo? El que vienen acometiendo representantes de todas las fuerzas políticas catalanas en el propósito firme de elaborar un texto que cumpliera unos propósitos claros: primero, atenerse a las limitaciones que impone la Constitución vigente. Segundo, elevar los niveles de autogobierno hasta ese punto en que pudieran chocar con las competencias ya tribuciones del Estado. Y en tercer lugar, conseguir que en esa elaboración estatutaria estuvieran de acuerdo todas las fuerzas de la autonomía, desde Esquerra al PP. De momento, en efecto, los redactores del futuro Estatuto Catalán siguen esas pautas, y parece que se atienen a esos propósitos sin demasiadas complicaciones, por más que no falten las desconfianzas y recelos ante lo que, finalmente, contendrá el borrador en elaboración. Lo cierto es que hace unas pocas horas contemplábamos el chispazo que se producía entre Piqué y Mayor Oreja, cuando éste sugería que la reforma estatutaria catalana, con toda probabilidad, seguiría las pautas de los grupos naconalistas e independentistas de ERC. Piqué protestó de manera vehemente, y Rajoy, no tuvo más remedio que salir en defensa de su representante en Cataluña, quitando autoridad a su europarlamentario Mayor. ¿Se puede producir la recomposición del Plan Ibarretxe al modelo catalán? Es altamente improbable. La obstinación de Ibarretxe es bien conocida. Hubiera sido ingenuo suponer que un mero encuentro de Zapatero e Ibarretxe conseguiría la reconducción que han intentado otra serie de personalidades, incluidas algunas del propio PNV. Pero era imprescindible que el encuentro se produjera para que el lendakari escuchara las advertencias que el jefe del gobierno de la Nación española estaba obligado a transmitirle: el Estado tiene sus propios procedimientos de autodefensa, y no podrá prescindir de ellos ni olvidarlos si se ve en riesgo de supervivencia...