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EL BALCÓN DEL PUEBLO

De Lagun Air a Ibarretxe

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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SOY PESIMISTA. En la víspera marcada por Lagun Air para dejar de operar en el Aeropuerto de La Virgen del Camino no he encontrado ni un solo clavo ardiendo al que agarrarme para el optimismo. No me cuadra casi nada. La compañía aérea no ha puesto los números gordos sobre la mesa y no hay atisbo de negociación propiamente dicha. El capital siempre es miedoso y cauto. No se embarca sobre las nubes sin contar con paracaidas. He defendido sin reservas a Lagun Air por los servicios que presta a León, sin mirar a su organigrama empresarial. Sigo creyendo que para lograr la consolidación y desarrollo de una empresa de esta naturaleza es imprescindible el apoyo en tres dimensiones: político, institucional y financiero. Alguno de los tres ha fallado, sin duda. Lagun Air ha marcado en rojo la fecha de mañana, y si alguna hada madrina no lo remedia, sus aviones no volarán más desde León. Nos han vendido no sé cuántas negociaciones a dos, tres y cuatro bandas. Humo. En realidad, nada sólido. Es comprensible. Para operaciones de esta naturaleza no se necesitan días, sino meses. Y máxima transparencia, algo que se echa en falta. Pase lo que pase, con Lagun Air o con otra operadora, León debe pelear por garantizar el futuro. Sólo lo conseguirá potenciando el Aeropuerto y contando con una campañía aérea comprometida, llámese como se llame. Quisiera hoy vocear desde este balcón la solución al problema de Lagun Air. No es posible y tengo que recurrir al asunto más desnaturalizado de la política española: el Plan Ibarretxe. El presidente del Gobierno recibió ayer en La Moncloa al lendakari. El escenario fue de absoluta corrección, aunque a no pocos se le revolvieran las tripas al ver izadas la bandera española y la ikurriña en el portalón de entrada. ZP ya había anticipado cuál iba a ser el cuerpo de la entrevista. «Frenar ese proyecto -el Plan Ibarretxe- es una tarea política, democrática, de convencimiento y de debate. Esa es la grandeza de un sistema de libertades». El presidente Rodríguez Zapatero no perdió la sonrisa al reclamar al lehendakari el cumplimiento de la ley, reprocharle su deslealtad y acusarle de meter al pueblo vasco en un agujero del que ahora no sabe cómo salir. O más claro aún: su Plan es un delirio, nunca saldrá adelante. La alta política está subiendo el termómetro a su máxima graduación. El líder de la oposición, Mariano Rajoy, acude hoy a La Moncloa. Rajoy, al que le encantan los paradores, se ha enclaustrado en el de Sigüenza con la cúpula popular para preparar su encuentro con ZP. Aunque en el pleno congresual del pasado martes zarandeó al presidente, ha rebajado el tono. Ha dicho que su apoyo al Gobierno será, en este tema, «sin condiciones». Mientras Mariano Rajoy aborda con Rodríguez Zapatero los temas de Estado, el presidente del Parlamento Vasco, Juan María Atutxa, presentará en el Registro General de las Cortes la propuesta de reforma del Estatuto Vasco. Posteriormente, por pura cortesía, Manuel Marín le recibirá en su despacho. La Asociación de Víctimas del Terrorismo ha levantado la voz. Le repugna que Atutxa lleve a las Cortes Generales «un proyecto manchado de sangre», avalado por ETA y por mil asesinatos. Lo reitero: éste es un artículo no deseado.