TRIBUNA
Regionalismo y personalismo
HA SIDO una constante en los distintos movimientos regionalistas y también nacionalistas el que la reivindicación política se ha venido a confundir con la caracterización personal de un determinado líder. En ello se ha buscado convertir al partido en una proyección de su propia personalidad hasta el punto de que partido y persona se ha llegado a confundir. Pondremos algunos ejemplos. En un momento dado Carlos Garaikoetxea se separa del PNV y crea un partido nuevo EA. Este partido se define alrededor de la personalidad de su líder y alcanza un a relativa mayor representación en las zonas donde dicho líder ejercía una mayor influencia, es decir Navarra -donde EA tiene mayor implantación que PNV-. Cuando Garaikoetxea deja de tener cargos en el partido EA se viene abajo hasta el punto de que se pone en peligro su propia existencia como partido político. En las últimas elecciones concurre en coalición con PNV -como lo hará también en las próximas elecciones autonómicas-. Tras la escisión han hecho múltiples acuerdos de gobernabilidad tanto en el Gobierno Vasco como en numerosos municipios. A la ciudadanía le resulta complicado ver las diferencias entre ambos partidos. La conclusión de todo ello es que el partido creado por el líder tiene grandes dificultades de supervivencia mientras que el partido el que pervive y se mantiene con fuerza hasta el punto que no sería nada extraño que terminase engullendo al partido creado por Garaikoetxea (a EA). En Navarra pasa algo de lo mismo. El que fue presidente de Navarra, Juan Cruz Alli, disconforme con el discurrir de UPN, se esciende de su partido y crea uno propio, Convergencia de Demócratas Navarros y el creado por Cruz Alli tiene serias dificultades de subsistencia. También como en el caso de PNV, también aquí se da un gobierno de coalición entre UPN y CDN. El partido escindido tiene a lograr sus mejores resultados en unas primeras elecciones para ir posteriormente perdiendo fuerza electoral hasta desaparecer o integrarse en el partido del que se había escindido. En la región leonesa también se han dado casos en que confluyen «el regionalismo» con los «personalismos». Incluso podemos pedir que probablemente tengamos el caso más espectacular. Recuerdo que en la misma papeleta al Senado figuraban como candidatos separados Prepal (Sección Iglesias Carreño) y Prepal (sección Juan Garzo). En los anales de la historia será dificil encontrar un reconocimiento tan explícito de las secciones de un partido en la propia papeleta electoral. El individualismo leonés nos lleva a estas cosas. De esa disputa terminó quedando un desvalido partido sustentado en la personalidad de Francisco Iglesias Carreño, de modo que sería difícil entender cualquier referencia al Prepal que no incluye a su persona. No sería entendible un Prepal en el que no estuviese esa persona por cuanto ha hecho de ese partido una parte de su vida. Un último ejemplo lo podemos ver en el Bierzo, Tarsicio Carballo crea el partido del Bierzo que lidera en todas y cada una de las elecciones. También aquí surge la escisión y Tarsicio se ve desligado del partido que ha fundado tras una pugna política y judicial bastante importante. Aquellos que teóricamente comparten unos mismos ideales políticos se convierten en los más furibundos enemigos. Al final el líder crea un partido propio el PRB del que su principal y casi único referente. Las consecuencias en este caso son un debilitamiento del bercianismo en su conjunto y la pérdida de representatividad en las corporaciones locales y más concreto en el Ayuntamiento de Ponferrada. El partido del Bierzo carece de liderazgo y el PRB no tiene una suficiente estructura de partido. En la UPL se ha llegado también a una situación semejante. Aquel que ha ostentado el liderazgo del partido se separa del mismo y fija como su principal meta el luchar contra los que hasta hace muy poco eran sus correligionarios. No es una separación que tenga trasfondo ideológico, sino más bien luchas de carácter personal en el que se obliga al votante a elegir entre aquellas personas que considera más honestas, con mayor capacidad para desarrollar sus funciones... Es claro que esta situación es perjudicial para el movimiento leonesista en su conjunto. Será muy complicado trasmitir que todo ello se hace en beneficio de los leoneses y no por intereses personales. En todo caso, y en base de las experiencias anteriormente comentadas, parece que las probabilidades de subsistencia política son mayores para el partido que para la escisión creada por un determinado líder (como el caso de EA o de CDN). En todo caso la división no es nunca una expectativa favorable para incrementar la representatividad social y política.