Marcadores, pero otros

MEDIO millón de euros son muchos euros. Y si se trata del precio de un videomarcador para el Antonio Amilivia son muchísimos. No nos engañemos esto no es el Bernabéu y, sobre todo, hay que ser realistas y poner algo que esté más en consonancia con lo que hay en el terreno de juego. Porque no nos olvidemos que el primer equipo leonés de fútbol juega en Segunda B y «están verdes» lo de subir de categoría, como ya se ha demostrado en anteriores temporadas (el estadio se inauguró al final de la 2000-2001 con el objetivo del ascenso) y en la presente habrá que clasificarse para la fase de ascenso (no hay prisa, con meterse en la última jornada vale), luego ganarla y después sanear la economía del club, porque la Federación ya ha dejado claro que no ascenderán equipos con deudas. Así que, aunque ya en junio del 2001 escribí en esta misma columna sobre lo que no me gustaba del nuevo campo de fútbol diciendo «Tampoco los marcadores son apropiados, parecen de miniatura en comparación con el estadio y deben servir para dar algo más que el resultado, el minuto de los goles y la bienvenida. Son más de minipabellón que de campo de fútbol de tantos miles de millones» (no olvidemos que entonces hablábamos en pesetas), pues a pesar de eso, tampoco acepto ahora que se gaste ese dinero de todos en algo que no se necesita. O no de esas características. Nos arreglamos con algo más sencillito. Pero lo que la directiva culturalista tendrá que comprar con sus dineros son marcadores, pero de goles que esos sí que son necesarios si se quiere salir de esta categoría.