EL RINCÓN
El arte de llevarse bien
«UNA BUENA relación PSOE-PP es positiva para España», ha dicho, en un nuevo alarde de perspicacia, el ministro señor Bono, que indudablemente es bonísimo. Mucho esfuerzo tienen que hacer los dos partidos para no verse no ya como adversarios, sino como enemigos. La verdad es que no se pueden ver y ahora tendrán que mirarse. Es la hora de defender juntos los valores constitucionales. También es verdad que llevarse bien no se lleva nada. No es que estén crispados: es que son crispados. Borges confiab a en que, con el tiempo, mereceremos no tener gobiernos, pero alguien que debía de saber algo de eso, Giuilio Andreotti, dijo que gobernar no consiste en resolver problemas, sino en hacer callar a quienes los plantean. A poco que uno se asome a los libros de Historia se da cuenta de que siempre ha habido problemas y que se han enconado porque, también ha habido siempre gente tan torpe que creía que todos los problemas tienen solución. Lo cierto es que hay que convivir con ellos y cuando se resuelve alguno, cosa que ocurre a veces, es que hay un malentendido. El Rey acaba de reunir a Zapatero y Rajoy para analizar la situación política, que quizá no sea grave, pero es desesperada. Se han enturbiado las relaciones de todos con todos. En mi opinión, lo más significativo ha sido la amonestación del episcopado a monseñor Uriarte por el desmarque del obispo vasco de la carta oficial. El gremio de los obispos suele ser bastante compacto. Cuando me dieron el premio «¡Bravo!» -y digo me dieron porque es un premio al que no hay que presentarse- me llevé una sorpresa: los señores obispos no eran personas taciturnas ni pusilánimes, sino tipos alegres y cordiales. Todos creían en Dios y en su trabajo. ¿Por qué ahora, cuando están preparando un documento acerca de la Constitución europea, surgen estas discrepancias? Las palabras de Uriarte han sido interpretadas por algunos prelados como «una provocación innecesaria». ¿Hay provocaciones necesarias? No lo sé. ¿Cómo podría saberlo? Para eso doctores tiene la Iglesia.