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Publicado por
JOSÉ MARÍA CALLEJA
León

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LAS PALABRAS y el tono empleado por José Luís Rodríguez Zapatero en su comparecencia en TVE demuestran que la ilusión por acabar con ETA en esta legislatura ha prendido en el presidente del Gobierno de España. Con un cierto estoicismo, Zapatero tiene ante sí a la organización terrorista en el momento más bajo de su historia, etarras presos dixit; al brazo político con más ganas de hacer política que nunca, véase la actitud de Otegui; y al nacionalismo vasco que se aprovecha del terrorismo, lanzado en la tarea de capitalizar en beneficio propio y más poder treinta años de asesinatos. Gracias a la actuación policial, judicial, política, a la movilización del algunos ciudadanos, y a la fatiga propia, ETA se encuentra en la situación más débil de su historia, según reconocen los dirigentes de la banda encarcelados desde su detención en Bidart, en 1992. ETA ya no marca la agenda, ya no condiciona la vida política, como cuando asesinaba a razón de 90 personas al año. Lo que queda de la banda trata de salvar los muebles, de agarrarse a algo que le permita no decir que treinta años de crímenes no han servido para nada. Bueno, para nada más que para ponérselo a huevo a los nacionalistas que, dirigidos por el gran lunático, quieren capitalizar en poder político y económico la derrota de la banda, a la que en nada han contribuido. Uno escucha lo que dice ahora Otegui y resulta mucho más prudente que lo que hace y dice el fanático de las tortas. Habla de reconocimiento social de las víctimas, de llegar a acuerdos entre nacionalistas y no nacionalistas y de no plantear la independencia. Otegui se muere de pensar que si no se puede presentar a las próximas elecciones autonómicas desaparece del primer plano de atención. Desea vehementemente hacer política. En ese afán coincide con el sector que manda en el socialismo vasco, Jesús Eguiguren, que desea que HB se presente a las elecciones, en primer lugar porque de esta forma los 160.000 o más votos de los Batasunos se quedarían donde están y no irían al PNV. En las pasadas autonómicas 80.000 votantes de HB pusieron la mano en la cartera y votaron al PNV que sacó 20.000 votos de diferencia a la suma de PP y PSOE. Si HB se presenta, el PNV puede no sólo no tener mayoría absoluta, incluso, piensan algunos socialistas, puede perder las elecciones autonómicas. Los socialistas esperan ansiosos una declaración de Otegui que pueda ser interpretada como rechazo a la violencia por lo que supondría de apertura del proceso de paz, y porque con ese testimonio se les podría legalizar. Gran embaucador se quedaría agarrado a la brocha en el caso de que HB se pudiera presentar y, en cualquier caso, perdería el protagonismo que ahora tiene si el proceso de conversaciones de los socialistas con HB, inaugurado el pasado mes de agosto, siguiera adelante.

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