Sueños de cajón

POR UNA vez y sin que sirva de precedente: un leonesista con carné, no sé de qué facción, si de la disidente liderada por el tránsfuga José María Rodríguez de Francisco, o de la oficialidad de Joaquín Otero, Chamorro y Rubinat, ponía el grito en el cielo. Era como una bomba de euforia. Festejaba que el Valladolid, que también es real, acababa de eliminar de la Copa del Rey al Real Madrid en el mismísimo Santiago Bernabéu. Los galácticos habían caído a los pies de los potros que se crían en Medina. Me froté los ojos para asegurarme que no soñaba. Jamás había escuchado a un leonesista vitoreando a su bestia negra, a la ciudad que constituye el corpus de su existencia. A la postre supe que el leonesista era un culé recalcitrante. Fue una jornada de sueños. Ya sé, ya, que nadie está obligado a levantarse antes de despertar. También en León, en el estadio Antonio Amilivia, tenían que disputarse 41 minutos del choque de máxima rivalidad: Cultural/Ponferradina. Los blancos no lograron mantener la victoria. Dicen las crónicas que el equipo del Bierzo tuvo más determinación y se llevó con justicia un punto. El corregidor de Igüeña, Laudino García, que debe estar paseando su panza esférica por el verano de Rosario -Argentina-, ha profetizado: la Deportiva subirá antes que la Cultural. Es otro sueño, como el de Fran, autor del gol blanquiazul, que declaró tras irse más allá del Manzanal, su felicidad en marcar en su antiguo territorio. Los sueños son como el mundo de la felicidad. Martin Luther King soñaba con el entendimiento perpetuo de negros y blancos. El presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, hace un par de días, en la inauguración del avión más compacto bajo las estrellas, declaró: «Este avión es la realización de un sueño y sólo ha sido posible porque cuatro banderas se han unido». De las nubes, a la tierra. A la carretera. El titular de la Diputación, Javier García Prieto, presentó el nuevo autobús que hará posible el programa «Un paseo por tu provincia». El Airbus es el prodigio aeronáutico. Ha costado miles de millones. El rodante de la Diputación Provincial, según certifican, anda por los 235.000 euros. Para García Prieto, que estaba acompañado del diputado responsable del Parque Móvil, Ángel Calvo, también es un sueño. Un medio para que algo no se muera en nuestra provincia. Los sueños y la esperanza están esposados. Se lo escuchamos al presidente del Gobierno en la entrevista de TVE-1. Dijo poco, o casi nada. Pero además de agarrarse a la esperanza, nos metió los dedos en el ojo: si se da una sola circunstancia positiva, buscaremos la paz definitiva para el País Vasco. Alcanzarla es un sueño porque la violencia es injusta, horrible e inútil. Son sueños de cajón. Quizá hoy les diga lo mismo a los socialistas de Castilla y León en las tierras palentinas de Magaz de Pisuerga. Es su sanedrín. Los populares lo mantienen en Quintanilla de Onésimo, donde José María Aznar estaba acostumbrado a levantar un caldalso para ahorcar al seis doble en las partidas de dominó.