Mover el mundo

LO mismo que las empresas que cometen fraudes disponen de la llamada caja B, la sociedad guarda en un arcón blindado los valores que realmente hacen girar el mundo, más allá de declaraciones universales, constituciones europeas e incluso discursos libertadores de Bush II, King of the Universe . Atención, empiezan a sonar sirenas en Irán en la nueva era contra la tiranía (de los otros) inaugurada en el Capitolio. En el arcón A, bien abierto, aireado a los cuatro vientos, como estos días la Constitución Europea, se guardan los otros valores: paz, solidaridad, tolerancia, igualdad... Pero hay una industria, entre otras muchas, que mueve miles de millones de euros al año que invierte el talento de informáticos, psicólogos y creativos en producir juegos de ordenador en los que la fuerza, el poder, la violencia, la acción, los disparos, la vejación de seres humanos son su columna vertebral. Hay otra gran industria, por ejemplo, la militar cuyo primordial fin es la eliminación de seres humanos, aunque, esporádica y colateralmente, reutiliza sus inventos «para fines civiles», incluso para mejorar la salud con avanzada tecnología diagnóstica (chatarra militar) o con misiones humanitarias que ablandan el corazón del ciudadano más escéptico. Esta semana los niños y las niñas celebran en los colegios el día de la Paz y la No Violencia (30 de enero). Palomas sueltas, mensajes de papel llenos de credulidad e ilusión. Cada una de las canciones o danzas que preparan calan en sus corazones, pero hace falta que el mundo empiece a latir con ellos.