Mentiras groseras

CONTINÚA proyectándose sobre España la sombra errante de Caín que visionaba Antonio Machado. Es como si la lucha política hubiera que librarla a puñetazos puros, escrito sea en metáfora de Blas de Otero. Ya me pronuncié con rotundidad sobre la manifestación en apoyo de las vícitimas del terrorismo celebrada en Madrid. Pero ahora hemos conocido que la mano derecha de Esperanza Aguirre en el PP madrileño convocó a sus afiliados a asistir a la manifestación contra la política del Gobierno, que según ellos, permitía la excarcelación de etarras. El firmante de la circular es Ángel Garrido, hombre de confianza de la presidenta de la Comunidad de Madrid y del partido. Decía, además, que la escribía siguiendo las indicaciones de «nuestro secretario general», o sea, de Ángel Acebes. En resumen: el PP aprovechaba una manifestación convocada por la ATV (Asociación de Víctimas contra el Terrorismo) contra Eta para convertirla en un griterío contra el Gobierno. Y, además, lo hicieron utilizando dos groseras mentiras: Una, que el Gobierno permitía la excarcelación de asesinos etarras. En esa fecha ya se habían tomado medidas para impedir la excarcelación de Ignacio de Juana Chaos. Por cierto, mientras gobernaba el PP en España, y por ende en las cárceles, el etarra De Juana Chaos acumuló redenciones de pena por el trabajo de forma fraudulenta. Por ejemplo: se matriculó en la Universidad, no aprobó ni una sola asginatura, y le fue validado. La segunda mentira es todavía más grosera. Las redenciones de pena por el trabajo estaban previstas en el Código Pen al franquista del 73. El aprobado por el Gobierno socialista en el 95 fue el que las eliminó. A estas alturas ya no puede sorprendernos el uso de la mentira en política. Y menos en los alrededores de Esperanza Aguirre, beneficiaria de la golfada de Tamayo y Sáez, ni en el de Ángel Acebes, ministro del Interior el 11-M pasado. Fueron los dos aclamados en la manifestación. En síntesis: los subordinados de Esperanza Aguirre y de Ángel Acebes utilizaron una manifestación contra el terrorismo para dirigirla contra el Gobierno y el PSOE. También para aclamarles. Y, de nuevo, lo han hecho con mentiras. Han conseguido convertirse en los dos líderes de la extrema derecha española. Si fueran los dos máximos responsables del PP ya habrían roto el Pacto Antiterrorista. Un militante azul, riguroso y pensante, me hizo ayer esta reflexión: Quizá están preparándose con todas sus energías para suceder a Mariano Rajoy y marginar a Ruiz Gallardón en cuestión de meses. Cuentan, por otro lado, con el aparato de comunicación de Aznar. Está a su entera disposición. Por último, el máximo predicador radiofónico de la extrema derecha anunció ayer que él pedirá el «no» en el referéndum sobre la Constitución Europea que votaremos los españoles el 20-F. Igual que Aznar hace tres meses, aunque ahora diga sí con la boca pequeña. Ni con la boca pequeña ni a pleno pulmón se ha pronunciado la Audiencia Provincial. Hoy notificará a las partes el sobreseimiento del llamado «caso del Matadero». Se aclara una sombra que no era, precisamente, la de Caín.