De patio de colegio

ATENTOS al espectáculo. Padres, tomen asiento. Los niños están representando para ustedes lo ocurrido en el recreo. ¿Les suena? La única diferencia es que estos niños de que hablo están crecidos, son diputados, ministros y altos dirigentes de partidos. Llevan cinco días de representación. El título es: «La extraña agresión al ministro». Y el argumento, un ministro que sale de un barullo denunciando que desde el franquismo no había visto violencia similar. Los parientes de los agresores aseguran que a ellos les han pegado mucho más, y nadie se conmovió por ello. Es tan grande el griterío, que la policía detiene durante cuatro horas a los malos, pero los tiene que soltar por falta de pruebas. Y ahora, el público se pregunta quién es de verdad el malo. Algunos dicen que nunca hubo agresión. En el medio, unos personajes secundarios llamados periodistas, han intervenido para decir que todo ha sido intolerable y que renace la extrema derecha. Aunque parezca increíble, es una historia real. Aunque parezca infantil, es el acontecimiento político de la temporada. Y aunque parezca lo más tonto del mundo, hoy es el quinto día es que esta película está en primera página. Quizá convenga un intento de explicación. Clave primera: los socialistas no están acostumbrados a ser increpado s en la calle. Como ellos han sido quienes han convocado las manifestaciones y confeccionado las pancartas, no entra en sus cálculos que haya manifestantes que se revuelvan contra ellos. Y si ocurre, como el sábado, lo entienden como un hecho antinatural, inconcebible, producto de energúmenos sin sentimientos. Y así, lo que tiene todo el aspecto de ser sólo una agresión verbal, lo transforman en una versión del guerracivilismo que nos inunda. Clave segunda: aquí se ha medido la capacidad de manejo de la opinión pública que tienen los partidos, y el socialista le ha dado un baño espectacular al PP. Ha conseguido instalar en parte de la sociedad la idea de que Rajoy gobierna un grupo de incontrolados-neofascistas-cabreados, dispuestos al enfrentamiento civil y desnortados por haber perdido el poder el 14 de marzo. Ha logrado que estas ideas aparezcan publicadas y firmadas por ilustres analistas. Y clave tercera: el PP ha pecado de ingenuo. Se ha dejado pillar en la trampa con discursos contradictorios. Sólo reaccionó al final, cuando ha visto que el PSOE ponía en marcha su maquinaria -policía incluida- para demostrar que la derecha española sigue siendo agresiva e intolerante. Así se escribe la historia. Así la estamos escribiendo. Pido perdón por la comparación con niños de colegio que hice al principio. Los niños no son tan perversos. Y, puestos a montar un teatro, lo harían mucho mejor.