FRONTERIZOS
La batalla de la energía
CÓMO hubiera disfrutado el compañero «Cito» Linares en medio de la batalla sobre la Ciudad de la Energía, una promesa de última hora en las municipales que se abrió como frente de máximo interés el mismo día de la inesperada victoria de Zapatero. Tenemos por delante un largo y bonito juego político del que, con un poco de suerte y a poco que sus protagonistas gasten un mínimo de inteligencia, el Bierzo puede salir ganado, y en el que los responsables de la cosa pública deberán ser capaces de desplegar toda su habilidad para no defraudar a unos ciudadanos ávidos de resultados y cansados de palabrerío. El panorama reúne todas las condiciones para que ese despliegue nos permita disfrutar de un gran espectáculo. Frente a un PSOE obligado a cumplir una promesa a la que tendrá que dar forma y contenido, un PP dispuesto a usar ese imaginario proyecto como arma para abrir las contradicciones del rival. Frente a una situación política provincial en la que la pérdida del ayuntamiento de la capital ha supuesto un duro golpe para Zapatero, un presidente del gobierno que debe demostrar, sin embargo, que le importa su provincia, desarrollando un proyecto que podría tener una importancia vital en el futuro económico de un territorio donde el PP está firmemente anclado electoralmente y entre escéptico y expectante frente a la Ciudad de la Energía. Hemos visto ya alguna escaramuza, ruidosa y estridente, como corresponde a esta técnica bélica, pero lo mejor está por venir. Quizá las partes debieran repasar la historia frustrada de la creación de la provincia del Bierzo en el XIX. Puede ser una buena lección sobre lo que no se debe hacer.