La protección de los padres

SI JESÚS de Nazaret viviera ahora es improbable que reiterara aquella dulce petición de que dejasen que los niños se acercaran a él. Cuanto más lejos mejor. Jueces y fiscales alertan de este nuevo 'fenómeno social' que afecta a familias normales y consiste en que los niños le peguen a sus papás, quizá para educarles, por si todavía están a tiempo de ser personas de provecho. La cosa ha adquirido tal proporción que algunas asociaciones de padres están pidiendo órdenes de protección. Los chicos, no todos, por su puesto, pero sí en cantidad creciente, ya no se conforman con cascarle a sus profesores. Siempre ha habido adolescentes tan burros que han opuesto una decidida resistencia a que los desasnen, pero ahora no se sienten del todo satisfechos con agredir a sus maestros y les pegan también a quienes les obligan a ir a la escuela. Actualmente, sólo en Andalucía, hay 28 menores de edad cumpliendo medidas impuestas por delitos de violencia en el ámbito familiar. El perfil de estos cabroncitos precoces es el de un chico, o una chica en mucha menor proporción, de 15 ó 16 años, de personalidad impulsiva y no siempre procedente de un entorno marginal, ya que si el padre es también un marginal le pega un par de ostias al niño y acaban haciendo combate nulo. En cambio, si el padre practica la tolerancia, que está tan en boga, el niño se crece y le arrea con mayor asiduidad. Esa es la opinión de algún juez de menores que, puesto a buscar explicaciones, lo achaca todo a la relajación de las normas y al hecho de que los adolescentes están convencidos de que carecen de deberes y se sienten sólo destinatarios de derechos. Adónde habrá llegado el fenómeno que el Papa, este domingo no más, antes de dirigir en Angelus en la Plaza de San Pedro, pidió que la educación para la paz empiece desde la infancia y que se desarrolle tanto en las escuelas como en la familia. Hay muy serias teorías que pretenden demostrar que en el fondo de nosotros mismos siempre tenemos la misma edad. Este tipo de adolescente agresivo mañana será un señor maduro. Y podrá desarrollar todo lo que lleva dentro.