AQUÍ Y AHORA
Diálogo y consenso
QUE SE PONGAN a negociar con seriedad y realismo. Lo que me quedó más claro de todo es que es el presidente Zapatero quien de verdad quiere una solución para la cuestión vasca, pero una solución seria y realista. Fue Zapatero quien le dijo a Ibarretxe que el voto en contra del plan de nuevo Estatuto que defendía el lendakari no debe ser interpretado por éste como una derrota sino como una invitación a que presente otro previamente consensuado por la gran mayoría del Parlamento vasco. No es buen camino ni el de una consulta fuera de las reglas del juego ni el de un regodeo morboso, con tintes de humillación, por el rechazo emanado del Congreso. Ni siquiera puede decirse que Zapatero cuente con todo su partido para administrar esta crisis como él desea administrarla, con un infinito respeto a todos los demás. Pero pienso que el presidente del Gobierno posee la suficiente capacidad de convicción como para contagiar a sus cercanos sus fórmulas y sus métodos y a los menos cercanos el sentimiento de absoluta necesidad de buscar los cauces de una salida negociada y consensuada. Esta es una operación que, visto todo lo visto, nadie más que Zapatero podría pilotar. Lo que me duele es comprobar cómo en el PP persisten en su cierre absoluto, que les lleva a descalificar su actitud, en una peculiar manera de ayudarle. Que no estropeen la vía del presidente del Gobierno, que dejen de lado otros intereses que no sean los de la generalidad de los españoles. Creo sinceramente que ésta sería una buena ocasión que después tal vez nunca se repita. Hay una cosa que se llama grandeza.