EN BLANCO
Superfuerte
INSISTIENDO en su desolador pronóstico sobre la realidad española, e incluso europea, la Iglesia amenaza ahora con el rechazo mediante un rotundo no a la Constitución venidera, por ignorar expresamente las supuestas raíces cristianas de nuestro hábitat común. ¡Superfuerte de la muerte! En realidad, se trata de otro paso más en la confrontación frontal contra un Gobierno, en su opinión, insensible e ignorante en asuntos del más allá. Y la culpa de esta maquiavélica «cruzada contra el catolicismo», según denuncia el PP, la tiene naturalmente el descreído Zapatero, entre cuyos muchos defectos destaca el de ser demasiado amable para haber nacido en España. Así, la lenta marcha hacia el Apocalipsis que sigue un país dejado de la mano de Dios desde las últimas elecciones generales, ha sido censurada con la pertinencia debida por el Santo Padre, transmutado en maestro de iras y cóleras a pesar de lo precario de su salud. También ha denunciado las restricciones a la libertad religiosa que ha emprendido esa especie de Nosferatu crecido en León y caracterizado por su bellaco relativismo moral, llegando incluso a cuestionar el Plan Hidrológico Nacional. Un asunto que no parece demasiado ligado a cuestiones de la fe o el catecismo, a no ser que el obispo de Murcia tema quedarse sin agua en las pilas bautismales y los fieles deban persignarse con Pepsi-Cola. Dicen que el núcleo duro de los populares, con Acebes a la cabeza, discute a voz en grito si achacar el casi definitivo ocaso físico de Juan Pablo II a los disgustos causados por el pérfido Zapatero, un laico de los pies a la cabeza que parece condenado a cocerse a fuego lento en las calderas de Pedro Botero. 1397124194