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JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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MUERTO el Carnaval 2005 -hoy entierran a la sardina y sólo queda el sábado de Piñata en Astorga- se inicia el tiempo turbador de la cuaresma. También el de la intensidad política: ayer se reanudó el periodo de sesiones en el Palacio de Fuensaldaña, continúa la campaña del referéndum sobre la Constitución Europea y suben día a día la exigencias de oposición y gobierno. Depende de cuál sea la parcela en la que estén instalados. Aquí, en Castilla y León, por ejemplo, parece que la Junta ha creado una oficina de reclamaciones frente al Gobierno central. Admito su condición de vigilancia extrema, pero sin dejar de recordar que también es una administración con responsabilidades propias. Tiene sus competencias. El senador José Giménez ha contestado al consejero de Fomento, Antonio Silván, que antes de exigir al Gobierno central debe cumplir la Junta sus propios compromisos. Le ha recordado que hace más de diez años la Junta prometió a bombo y platillo una autovía entre Ponferrada y Villablino. También le refrescó la memoria sobre el Eje Subcantábrico, que sigue inacabado. Y con más contundencia aún: Ni siquiera se ha encargado el proyecto de autovía -o vía rápida, desnozco el matiz- de León/Santa María del Páramo/La Bañeza/Puebla de Sanabria/frontera de Portugal. Es especialmente escandaloso el silencio del Gobierno regional sobre este último proyecto. ¿A qué se debe?. Sencillamente: a que no está previsto en las directrices de la ordenación del territorio, que como se sabe, nunca se aprobaron y, por tanto, no exiten legalmente. En la práctica se vienen aplicando rigurosamente, tal y como se elaboraron en tiempos de aquel consejero llamado el «Anelka de la política», que las redactó a la medida del centralismo vallisoletano. Esa vía rápida, o autovía, que no lo sé, era, es y seguirá siendo vital para la provincia de León en el eje Gijón/Oporto, pese a la intención de olvidarla. Otro caso de comportamiento completamente extrávico es el del consejero de Agricultura, José Valín. Durante meses y meses ha sacado pecho y le hemos escuchado exigencias al Gobierno para que defienda en Bruselas las actuales subvenciones a la remolacha. Es el cultivo social por excelencia. El que ha hecho posible que muchos hijos de campesinos leoneses hayamos elevado nuestra formación cultural, profesional e intelectual. José Valín reivindica lo que dejó sin negociar y asegurar el anterior Gobierno. Según el consejero, si el Gobierno no consigue mantener la OCM del azúcar en los actuales precios, se habría arruinado al sector remolachero y a los cultivadores de Castilla y León. Una visión catastrofista y manipuladora, cuyo objetivo está claro: enfrentar a los agricultores con el Gobierno. Pero en esto llegó Fidel, perdón, Ebro Agrícolas. La patronal, tras perderse la cosecha remolachera en Andalucía por la sequía, estimada en 300.000 toneladas, necesita que se las produzcan en Castilla y León. Pero, claro, ofrece esos nuevos contratos con una rebaja del 25% en el precio, algo que los agricultores deben pensar y evaluar tranquila y sosegadamente. Lo notable es que el consejero que despotricaba contra la rebaja de la OCM, se muestra totalmente comprensivo con la rebaja de Ebro Agríco las. De tigre, a gatito.

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