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Ademar de León, Portland San Antonio, Barcelona, Ciudad Real, Valladolid, son los clubes que aportaron esta vez jugadores a España. Ciudades modestas en población como León, Pamplona, Ciudad Real, o Valladolid, de la España interior, junto con la gran urbe costera Barcelona, son sede de esos clubes españoles. Que no deberíamos jugarlo todo a una sola carta. Que no debíamos ponerlo todo en el mismo cesto. «No debemos poner todos los huevos en la misma cesta» recuerdo que escribí, y me refería a los fracasos reiterados del fútbol masculino profesional (la 1ª Selección nacional, porque las inferiores sí que han ganado cosas) que únicamente nos ha dado un Campeonato de Europa en 1964. Lo de Túnez fue emocionante. Vimos a un equipo nacional, a una selección de España, ganar un campeonato del Mundo. Una buena posibilidad, una buena «opción» de futuro para España. Una España que sigue dando la peor nota cuando llega la hora del himno nacional y no tenemos una letra para poder cantarla en cada ocasión solemne. Sigo pensando que el himno nacional necesita una letra oficial, aprobada por las Cortes Generales, con el consenso del 90, del 95 o del 100 por cien de las Cortes. ¡Viva la España deportiva. Viva la Selección Española de Balonmano!. Eduardo de Prado (Correo electrónico). Ju lia Cordero Rodríguez l lamó a el Teléfono del Lector para decir lo siguiente: «Quiero agradecer, por medio de su periódico, la acertada decisión del nuevo alcalde Mario Amilivia de frenar la destrucción del Monte San Isidro, cuando el actual gobierno de León había aprobado la construcción de futuras viviendas. La insensibilidad de aquel equipo, decide semejante desatino, sin tener en cuenta el daño que se hace a la naturaleza y el perjuicio que se suponí a para León y su alfoz. Y es que el hombre necesita el oxígeno de un árbol mucho antes que el cemento. Otra decisión acertada que correspondería al concejal de cultura, Alfonso Ordóñez, es la de conservar el emblemático Teatro Emperador». Hay per sonas que merced al cargo que ocupan se creen con el derecho de disponer de vida y hacienda de quien, de una manera u otra, están a su cargo. Si además les haces ver públicamente que no estás de acuerdo con alguna decisión suya poco menos que te mandan lapidar en la plaza del pueblo. Me he quedado en la calle por llamar la atención a la señora directora del colegio de Mansilla sobre el peligro que corrían los alumnos al invadir los profesores con sus coches la acera de entrada al patio cuando los chicos están entrando al centro. Creí que estando en una democracia los métodos absolutistas estarían desterrados pero para determinadas personas siguen en vigor. Mi trabajo consistía en acompañar a los niños de los pueblos que tienen que ve nir a clase en autobús. De poco me valió que me portara más que correctamente con los niños, más allá de mi cometido. Procuraba hacerles el viaje agradable, les hacía recados en la librería de Mansilla, cantábamos canciones... Al día de hoy hay alguno que me llama para hacerle algún mandado ¿Se tomó la molestia la señora directora de preguntar a padres y alumnos si estaban satisfechos con mi labor?. Lo más grave, con todo, no es haberme quedado sin el trabajo. Lo más grave es qué valores transmiten a los alumnos quienes predican con estos ejemplos. Ana Mª García (Mansilla de las Mulas) José Barreiro (León; edición digital).