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Publicado por
FRANCESC DE P. BURGUERA
León

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EL PRESIDENTE del Gobierno se entrevistó con el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, días antes del debate sobre el Plan Ibarretxe en el Congreso. Y del encuentro no se anticipó noticia ni hubo comparecencia ante la prensa al final del mismo. Y se ha puesto el grito en el cielo. En declaraciones a la Ser, Imaz dijo que no había sido una entrevista «secreta», sino «discreta». El regir y dirigir la cosa pública necesita de la claridad y la transparencia pero, también, de la discreción en determinados momentos. ¿Cuántas entrevistas «discretas» no habrá mantenido Aznar en sus ocho años al frente de la gobernación de España?. Y no sólo Aznar, cualquier presidente de países democráticos como los que forman parte de la Unión Europea. Cierto que esto provoca la especulación y el consiguiente juicio de intenciones. Pero hay ocasiones en que el interés general aconseja la discreción. Claro que en éste país de nuestros pecados, el juicio de intenciones es de uso cotidiano en el mundo político-mediático. Sea ante el silencio de los políticos o ante sus declaraciones. Aquí se forma la opinión pública, en no pocas ocasiones, a base de buscarle tres pies al gato a las palabras pronunciadas por los políticos. Se busca con denuedo el sentido críptico. ¿Qué habrá detrás de lo que está diciendo éste señor?. En realidad el político está diciendo lo que quiere decir. Pero no siempre se quiere aceptar, porque lo que se esperaba de él era otra cosa, que dijese algo que diese motivo para meterse con él, para criticarle. Y entonces se recurre al proceso de intenciones. Ha dicho esto, pero en realidad lo que debería haber dicho es lo contrario. Zapatero e Imaz se reunieron, sin duda, para hablar del País Vasco. Y para analizar el futuro inmediato después del rechazo del Plan Ibarretxe y de la convocatoria de elecciones autonómicas por el lendakari. Cambiarían impresiones y opiniones sobre ese futuro y cómo encauzarlo. Seguro que tuvieron coincidencias en algunas cosas y discrepancias en otras. Y que manifestaron la voluntad de seguir hablando sobre la cuestión. No hace falta ser un adivino para pensar que fue el País Vasco el objeto de su entrevista. Pero esto no justificaba ninguna comparecencia ante la prensa, acabada la reunión puesto que no había ninguna noticia especial que comunicar. El presidente del Gobierno tiene no sólo el derecho sino el deber se sondear opiniones, de unos y de otros, sobre cualquier asunto, para mejor poder encauzar su labor de gobierno. Son encuentros que se pueden llevar a cabo con discreción sin que se socaven los cimientos de la democracia. No necesariamente tiene que haber comparecencia ante la prensa cada vez que el presidente se reúne con un político.

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