Último día de campaña

QUEDA un sólo día, hoy, de campaña sobre el referéndum para aprobar o rechazar la Constitución Europea. Está mucho en juego. A las dos de la tarde se cierra el voto por correo, y a media noche se pondrán sordinas a todos los altavoces políticos. Y también a los mediáticos. Algunos han trabajado a destajo por el no y por la abstención. No han faltado, incluso, poderes de púlpito y báculo para meter el rejo. Yo lo he hecho por el sí. La campaña ha venido a demostrar que en el PP no todos siguen a Mariano Rajoy. Igualmente, que los socios del Gobierno son extremos que se tocan. Cuesta asimilar que los dos grupos que dan estabilidad parlamentaria al Gobierno sean predicadores del no. Como argumento supremo de que en la derecha, avaladora del sí, firme defensora de la plenitud europeísta de España, no todos comparten la doctrina de Mariano Rajoy, está el mitin de Alfonso Fernández Mañueco, secretario regional popular, en Ponferrada. Dijo que el referéndum se ha planteado como un plebiscito al presidente Rodríguez Zapatero. Es absolutamente falso. O mejor dicho: sólo será creíble si así lo ha admitido la parte del PP a la que pertenece, que no es la de Mariano Rajoy. El presidente popular ha estado digno, anteponiendo los intereses nacionales a los partidarios. Ha ejercido su responsabilidad. Pero la parte más derechista del PP, como comprobamos al comienzo de la campaña, se planteó utilizar el referéndum sobre el Tratado para la Constitución Europea como un plebiscito contra Rodríguez Zapatero. Lo escribí el primer día de campaña. Lo ratifico en el último. Y tuvo que llegar Fernández Mañueco, en la recta final, en el estertor de la misma, para confirmarlo. De su intervención en Ponferrada sólo se puede deducir que, implícitamente, el secretario regional de los populares de Castilla y León llamó a votar no o a la abstención. Eso sí, en voz baja y de forma vergonzante. Con esa posición, Fernández Mañueco y su facción demuestran que no tienen ningún interés en la construcción de una Europa política, ni en una presencia fuerte de España en esa Europa del futuro. A los «mañuecos» sólo les interesa un mal resultado en el referéndum del domingo para reprochárselo al Gobierno y desgastar a Rodríguez Zapatero. El plebiscito de cortas miras que están planteando puede resultar perjudicial para el Gobierno y, sobre todo, para España. Pero más que para nadie, para el PP, cuya tibieza en campaña queda cada día más en evidencia con actos como el de Ponferrada de anteayer. Parece mentira que el PP no haya aprendido de pasados errores. El que cometió en el referéndum sobre el ingreso de España en la Otan le costó cambiar de líder y de siglas. De todas las maneras, voy a escudarme en la doctrina de mi compañera, que es de derechas, catolicona y muy reflexiva. Dice que no hay mal que por bien no venga. Quizá, ante la evidencia de cómo la parte más derechista del PP se plantea el referéndum, muchos ciudadanos se animen a ir a votar, y a votar sí, por puro sentido de la responsabilidad y de la coherencia.