Bush y Zapatero

LA APROXIMACIÓN de Estados Unidos a Europa, y viceversa, se produjo ayer sobre el mismo asunto que originó el distanciamiento: Irak. Si el presidente del Gobierno español ordenó hace once meses la retirada de las tropas que había enviado a territorio iraquí su antecesor, ayer se sumó Zapatero en el Consejo Atlántico, y en presencia de George W. Bush, a la petición francesa y norteamericana de que Siria retire sus fuerzas del Líbano. Y anunció que España destinará 400.000 euros al fondo «atlántico» destinado a la formación de fuerzas de seguridad iraquíes, parte de las cuales se instruirán en nuestro país. Por unanimidad, los veintiséis países de la OTAN se mostraron ayer deseosos de colaborar con las nuevas autoridades de Bagdad, y ante esa actitud de una Europa sin fisuras, afirmó Bush que las desavenencias trasatlánticas en torno a Irak pertenecían ya al pasado. Los viejos políticos europeos observaban ayer el talante de Bush con ojos escrutadores, y analizaban sus palabras midiendo los adjetivos. Ya el secretario general de la OTAN había lamentado por la mañana el papel decreciente de esta alianza como centro de las relaciones trasatlánticas. Pero en su rueda de prensa, y en la reunión a puerta cerrada del Consejo Atlántico, Bush se había mostrado a favor de que la Alianza Atlántica recupere protagonismo. Los términos de vieja y nueva Europa ya no existirían para la política exterior de Washington, pero en Bruselas ha comprobado Bush todo lo que ya sabía, y es que, entre otras cosas, las acciones internacionales en que decidan intervenir militarmente los países europeos deberán tener el refrendo de la legalidad, la estampilla o visto bueno de la ONU, de lo que la invasión de Irak carecía. Aún faltan unos meses para que las relaciones entre España y Estados Unidos se normalicen del todo, pues la retirada de Irak no fue una decisión gratuita, tuvo un coste, y hasta que en primavera, ya avanzada, acuda Zapatero a Washington, tras ardua labor preparatoria de nuestra diplomacia, se mantendrá el diálogo político entre los dos países a temperaturas muy bajas. Pero Zapatero expuso ayer en la reunión atlántica, y ante Bush, el despliegue de medios militares y humanos de España por diversas zonas del mundo, y en Afganistán especialmente, siendo el quinto país contribuyente en este tipo de misiones. Resaltó Zapatero la oportunidad conjunta, de Estados Unidos y la Unión Europea, de mejorar la situación en Oriente Próximo y Medio, y pidió a Siria, además de su retirada del Líbano, que utilice su influencia con grupos radicales palestinos para favorecer la paz palestino/israelí.