AQUÍ TE ESPERO
Comercio ilegal
CADA VEZ es más frecuente la aparición en las calles de las mantas donde venden cedés o deuvedés piratas. Antes era algo que llegaba con las fiestas. Más tarde cualquier fin de semana caluroso se llenaba el suelo de la plaza de San Martín o de la calle Ancha con esas mantas que apenas dejan pasar a los peatones. Tiempo después empezaron a proliferar, a cualquier hora y en cualquier calle. No sólo están en el rastro, como una mercancía más en competencia con los habituales puesto de música, sino en cualquier mercadillo o concentración, siempre dispuestos sus porteadores a montar y desmontar el tinglado con un simple tirón de cuerda que recoge las cuatro esquinas dejando todo en su interior para poder salir por pies si llega la policía. Porque esa es otra. Si esos discos y esas películas son piratas, y por tanto su venta debe estar prohibida, no entiendo que sus vendedores estén tan tranquilos en la calle ¿Se imaginan a alguien con un puestecito de cocaína, colocado en una zona transitada en hora de máxima afluencia y con la única preocupación de salir corriendo en cuanto aviste a la poli, para establecerse unas calles más abajo, por las que se supone que ya pasó la pasma? Pues eso sucede con esas mantas musicales y así su proliferación se está cargando las tiendas de discos. MaciRock de Padre Isla cerró hace unos meses. Madrid Rock y Liverpool (dos clásicos) están a punto. Entre Internet y las mantas acaban con esto y lo peor es que todo lo que no sea superventas será difícil de encontrar, porque las mantas no saben de gustos minoritarios.