AL TRASLUZ
Una voz
PERMÍTAME el lector que les escriba acerca de un proyecto en el que he participado. Hoy, Ayuntamiento y Fundación Vela Zanetti presentarán el proyecto de recuperación de la voz y la imagen de Félix Gordón Ordás, el ilustre veterinario y presidente del gobierno de la República. Me acaba de llamar por teléfono Consuelo Cano, nieta de Gordón, desde México, para que le transmita a todos el agradecimiento de la familia. Los agradecidos somos nosotros, le digo. Qué hermoso es saber reconocer los esfuerzos, tener sentido de lo maravilloso que nos ocurre, conciencia del otro; muchas de las ingratitudes surgen de que hay quienes piensan que todo se les debe. No es el caso de la maravillosa familia Gordón, gente buena, con el corazón impregnado de amor por León, sin rencor, protagonistas de una epopeya impuesta, y regidos por nobles códigos de conducta heredados de sus mayores. La recuperación de la figura de Gordón es uno de los actos democráticos más importantes acometidos por esta ciudad, que ha sabido ser pionera en un movimiento que otras provincias inician ahora, a veces sin darle ese poso de humanismo reconciliador que tanto Mario Amilivia como Francisco Fernández, como alcaldes, o García Prieto, Valderas o Alfonso Ordóñez, como concejales, han dado al proyecto. Hoy, en México, alguien llorará de emoción pensando en esta tierra maravillosa que al honrar se honra a sí misma. Una vibración de agradecimiento traspasará las nubes. León está aquí y allí. Me gusta afirmar que la política debe ser gestión y gesto; hoy, lo es. O en palabras de Víctor Hugo: «destruir es una tarea; edificar es una obra».