Cerrar
Publicado por
CARLOS CARNICERO
León

Creado:

Actualizado:

LA COMISIÓN de Investigación del atentado terrorista del 11-M ha iniciado la fase final de sus trabajos con la incógnita de cual será el estado de ánimo de los dos grandes partidos a la hora de redactar sus conclusiones. La sombra de las recriminaciones del bello y duro discurso de Pilar Manjón, en su comparencia, es alargada y señala un camino: no se puede utilizar el dictamen de la comisión para ajustes de cuentas entre el Gobierno y la oposición sino para sacar conclusiones de futuro que garanticen que la seguridad de los españoles y los derechos de las víctimas son la prioridad política esencial. De aquellos días de marzo se sabe ya casi todo. Solamente la soberbia desesperada de periodistas irresponsables y de políticos sin escrúpulos, contra todo criterio judicial, policial y científico, sigue alimentando hipótesis de que la comisión intenta ocultar una trama de ETA que coincidiría y trataría de legitimar la irresponsable e interesada actitud del Gobierno de José María Aznar en aquellos tres días de marzo, en donde se intentó culpabilizar a la organización terrorista vasca de la terrible masacre de Madrid en un acto de desesperación electoral. Pero aquellas responsabilidades políticas que eran tan evidentes ya se depuraron por la mecánica automática de las urnas, aunque el ex ministro Ángel Acebes y todos los que le acompañaron en aquella locura sigan todavía ignorando el castigo q ue padecieron. Será necesario poner negro sobre blanco aquellas evidencias, pero hay que hacerlo con la asepsia de un cirujano que extirpa un cáncer, es decir, haciendo el menor daño posible al cuerpo social vivo. Porque lo realmente importante ahora es el futuro y este pasa por corregir los déficit de seguridad que hicieron posible aquella masacre y la prevención de las organizaciones terroristas islámicas y de todo signo que continúan al acecho de nuestra sociedad para golpear el corazón del sistema democrático y condicionar nuestra libertad. Las víctimas, los ciudadanos y la propia continuidad de nuestro sistema democrático exigen en estos momentos altura de miras y seriedad política en los diputados que se constituyen en comisión y que deben ejemplarizar sobre su sentido de la responsabilidad política demostrando que la seriedad política, la exigencia de responsabilidades y la prevención del futuro se puede y se debe llevar acabo sin afanes revanchistas y con limpieza de conductas. Esa sería la mejor labor de una comisión que ha estado a punto de emponzoñar la vida democrática.

Cargando contenidos...