TRIBUNA
La educación española en el informe Pisa
LA NECESIDAD de preparar a los alumnos para la sociedad del conocimiento en la que nos encontramos inmersos ha hecho concretarse la preocupación de los Estados por conocer y evaluar si los alumnos reciben en los centros educativos las competencias adecuadas para ese tipo de sociedad. El Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA en Inglés) es un estudio de evaluación internacional del rendimiento de alumnos de 15 años realizado bajo la coordinación de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) El objetivo general de este estudio no es la evaluación curricular (lo que se ha enseñado a los alumnos en los centros), sino conocer la preparación de los alumnos de esa edad para afrontar los retos de la vida cotidiana y adulta, es decir las competencias. En suma es una evaluación de los conocimientos y destrezas esperables en un alumno próximo a terminar su escolaridad obligatoria que ha de insertarse en el mundo laboral o proseguir estudios no obligatorios. Los informes PISA se repiten cada tres años. En cada uno de ellos se profundiza en una de las materias. En el primer estudio, realizado en el año 2000, se profundizó en Lectura y participaron 32 países. En el segundo, realizado en 2003 y cuyos primeros resultados tenemos ahora, se ha profundizado en Matemáticas y han participado 41 países, los 30 miembros de la OCDE y 11 no miembros. La muestra española ha estado compuesta por 10.761 alumnos y de 383 centros, de los cuales han correspondido a Castilla y León 1.490 alumnos y 51 centros de Secundaria. El tercer informe se hará en 2006 y la materia principal serán las Ciencias. En cada uno de los informes además de las pruebas de conocimientos y competencias se recoge información sobre el origen social, el contexto de aprendizaje y la organización de la enseñanza a través de cuestionarios dirigidos a los alumnos y a los directores de los centros, para identificar los factores asociados a los resultados educativos. Comentaremos los resultados que, una vez más y ahora reincidiendo, son demoledores. La media de la OCDE se sitúa en 500 puntos en Matemáticas y España se encuentra en 485 puntos y en el puesto 26 cuando en el informe anterior tenía el puesto 23. Nuestros alumnos están ahora 15 puntos por debajo del promedio y esta diferencia es estadísticamente significativa. Además hay que destacar el gran número de nuestros alumnos que obtienen calificaciones del mínimo nivel, mientras que otros países, como Italia, tienen un número mínimo en ese nivel. Un problema añadido es el referido al género, ya que las alumnas españolas obtienen en Matemáticas una puntuación media 9 puntos menor que la de los alumnos, también estadísticamente significativa. No nos consuela pensar que estas diferencias en matemáticas entre alumnas y los alumnos españoles sea el mismo que en el promedio de países de la OCDE, por lo que debe ser un indicador que es necesario y urgente corregir. Otro indicador que habrá que tener en cuenta nos revela que los alumnos escolarizados en centros educativos privados obtienen resultados en Matemáticas superiores en 30 puntos a los de los centros públicos aspecto que también se da en el promedio de la OCDE pero con menores diferencias. La explicación correctora de este factor que hace el MEC considerando el origen social de unos y otros alumnos reduce la diferencia a un punto, con lo que sería el factor social el de más peso en las diferencias a favor de los centros privados. En los resultados en Lectura, Ciencias y Solución de problemas España sigue también ocupando el puesto 26 superada por países como Hungría y Letonia. En Lectura la diferencia de género nos muestra a las mujeres superiores en cuatro puntos, pero sucede a la inversa en Ciencias y se agranda la diferencia con respecto al informe anterior. En solución de problemas la ventaja es para las alumnas. Hemos de destacar que ninguna de estas diferencias es estadísticamente significativa. En este informe PISA hubo algunas comunidades Autónomas que decidieron que se las incluyese en el resultado general español y en el específico. Los resultados para nuestra comunidad son muy esperanzadores ya que el rendimiento, las puntuaciones y posiciones de los alumnos de Castilla y León y del País Vasco en Matemáticas son significativamente superiores al del conjunto de España. Esta diferencia es estadísticamente significativa. Pero llama poderosamente la atención que mientras que no existen prácticamente diferencias entre alumnas y alumnos en Matemáticas en el País Vasco, se incrementan en Castilla y León (11 puntos) y en Cataluña (18 puntos) siempre a favor de los alumnos. En el PISA anterior no había diferencia significativa por géneros en las comunidades. Hay que destacar que países que antes estuvieron puntuados detrás de España como Polonia, ahora nos han aventajado ya que allí se han aprovechado estos tres años para mejorar, mientras que nuestra tendencia es a bajar en el promedio educativo del entorno. Y nuevamente nos llama la atención lo que se ha dado en llamar «el milagro finlandés». Este país, que no es uno de los primeros en renta per cápita no se ha apeado de los tres primeros puestos de la lista ni en éste ni en el anterior informe, pero en éste aún mejora situándose en segundo lugar, después de Hong Kong. ¿Cuáles son las claves? ¿Qué han hecho los finlandeses? Destacamos que existe una correspondencia acusada entre los resultados de los países y su PIB; a mayor nivel de riqueza, mejores resultados académicos. España ocupa el puesto 22 en PIB per cápita por lo que sus resultados entran dentro de los esperable, aunque otros países, como Francia, obtienen resultados por encima de lo esperado en su nivel de renta. ¿Qué hacer ante los hechos? ¿Se tomará alguna medida? ¿Seguiremos bajando otros tres puestos en el ranking a razón de uno por año? ¿Cuáles son las medidas que sería oportuno implementar para evitarlo? Muchas preguntas y pocas respuestas. Algunas propuestas podríamos hacer pero serían sólo eso, y deberían ser justificadas por extenso, por lo que las dejamos para una próxima intervención.