Antibióticos: ¡basta ya!

HEMOS dicho adiós a febrero y estrenamos el mes de marzo ateridos de frío. Cuelgan chupiteles de los alerones de los tejados y los termómetros no se atreven a superar los 0º grados. Es un frío de sabañones. Un frío que no sólo congela arroyos, lagos y neveros, sino también el panorama social leonés. Los sindicatos UGT y CC.OO. han prestado todo su apoyo y calor al comité de empresa de Antibióticos y a las jornadas de huelga planteadas: la primera el próximo jueves, 3, y las dos siguientes para los días 10 y 11. Los trabajadores de Antibióticos han decidido hacer frente a la estrategia del capital italiano y de la Junta de Castilla y León. Una estrategia que lleva a la muerte paulatina de la empresa. Lo tienen muy claro: durante meses y meses nos han estado tomando el pelo. Me adhiero a su conclusión. Les han estado dando largas mientras se cobraban subvenciones sin poner sobre la mesa ninguna solución a los problemas de fondo de la empresa. Ahora, visto que los propietarios no tienen alternativa alguna y se niegan a vender a posibles compradores, ha llegado el momento de decir: ¡basta!. Porque, además de la incertidumbre en la que llevan sumidos años, el comité de empresa está harto de aguantar la insolencia del jefe de personal, Roberto Quber, y de la inhibición e incompetencia de la Junta. Toda la sociedad leonesa ha de estar solidariamente con los trabajadores de Antibióticos para salvar la más emblemática industria de la ciudad. Lo ha dicho el científico leonés Luis Carrasco Llamas, un ciego que ve como nadie entre los labetintos de la curiosidad. ¿Qué otra cosa es la investigación, sino una hija de la curiosidad?. Sin curiosidad no hay ciencia. Carrasco Llamas fue investigador de Antibióticos en sus primeros años, cuando esta factoría era la primera productora de penicilina del mundo. Y lo ha voceado con altavoces: Antibióticos ni puede, ni debe, desaparecer. La sociedad leonesa también debe estar con los trabajadores para que los propietarios italianos asuman que se acabó la tomadura de pelo, de que aquí no van a sacar ni un euro más y que no se confía en ellos. Y para decirle también a la Junta de Castilla y León que una mala salida en Antibióticos va a apuntarse en su «debe» político, habiendo quedado en evidencia la total incompetencia de Tomás Villanueva. También la de Raimundo Torío si sigue diciendo amén al jefe. Si Antibióticos se desplomara, los dos deberían ir preparando las maletas. En la consejería de Industria de la Junta deben saber que un fracaso en Antibióticos se pagará. Que no ocurrirá como con Tecdis, la antigua Cristaloyd, la primera empresa que se instaló en el Parque de Boecillo, con su domicilio social en el despacho profesional de Tomás Villanueva, que ha devorado más de 10.000 millones de las antiguas pesetas de subvenciones públicas y que nunca ha dejado de estar en crisis. La manta centralista de Valladolid ha conseguido tapar durante casi 14 años el escándalo de Cristaloyd, ahora llamada Tecdis, pero no habrá manta de ningún tipo, ni siquiera un cobertor del Val de San Lorenzo, capaz de tapar el escándalo y la incompetencia política si se produce el cierre de Antibióticos.