La mosca irracional

NO SÉ qué les pasa, pero convendrán ustedes conmigo en que parece que nuestra clase política se ha vuelto loca, la del nivel central y la del nivel catalán. Les debe de haber picado una extraña mosca que les ha metido el veneno de la irracionalidad y del ensimismamiento. Maragall, Artur Mas y Josep Piqué han roto el oasis catalán con una acusación sin pruebas, una ruptura que nada tiene que ver con eso y una extemporánea petición de dimisión, respectivamente. Rajoy da por roto algo que él había propiciado unas semanas antes en la Moncloa, el acuerdo sobre las reformas constitucional y estatutaria, sin un fundamento mínimamente serio. La Asociación de Víctimas del Terrorismo rompe con el comisionado para el tema, Peces-Barba, quien lo único que hace es trabajar denodadamente en su favor, alegando unas razones insostenibles, en coincidencia, por cierto, con el PP. Y Zapatero, como por encima del bien y del mal, en el Parlamento francés haciendo europeismo del de verdad. ¿Quiero decir con ello que todos se han vuelto majaretas a excepción del presidente del Gobierno? No quisiera decir tal cosa, porque la verdad es que la mayoría de los demás políticos no han entrado en ese juego de la mosca irracional y ensimismada, pero corremos el riesgo de que terminen contaminándose todos. Ustedes los políticos tienen la obligación de resolver nuestros problemas y de dirigir la nave del Estado o de las autonomías y demás instituciones. Así que lo que han de hacer es dejarse de imbecilidades y aplicarse seriamente a su trabajo. Sin mezclar en ningún caso las churras con las merinas.