Diario de León

LA VELETA

¿Españolizar el «seny»?

Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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QUIEN SE ASOME a nuestra actualidad política, es decir, quien no se apresure a huir de ella, verá seguramente que el nivel ético de la vida pública se va igualando en las comunidades autónomas. Tan imitable era el modelo catalán, que hasta en horas tan ásperas y encarrujadas como las que vive estos días en Cataluña la política, se intentaba ayer desde la efervescente Barcelona que no se españolizara su vida pública, empleando una palabra que hiere la sensibilidad de muchos españoles, o no se zaplanizara, expresión que tal vez incomode o enorgullezca al partido del señor Zaplana. Si lo que el seny político ocultaba era un agusanamiento moral en un determinado sector del poder ejecutivo, lo mejor sería, imitando por una vez el ejemplo de Madrid, lavar la ropa sucia a la vista del público. No debería olvidar Artur Mas, actual líder de CiU, que una financiación irregular del PSOE, el célebre asunto Filesa, llevó a la cárcel a militantes socialistas. Y aunque no existan pruebas contra «la credibilidad y el honor» de CiU, la querella contra Maragall y otros por injurias y calumnias, presentada ayer por la coalición, más que defender ese honor y esa credibilidad, lo que demuestra es un gran desconocimiento jurídico, pues la querella no tendrá el menor recorrido judicial, y demuestra también unas enormes y disimuladas ganas de cerrar el asunto, que es poco o nada controlable. Corrigiendo la puntería de sus trabucos familiares, CiU arremetió ayer con más virulencia contra el PP que contra Maragall, a pesar de la querella interpuesta contra el president, pues Artur Mas sabe que si para él va a ser muy difícil recuperar, en unas elecciones anticipadas, la Generalitat, perdida por el nacionalismo pujolista, al PP le resultaría más fácil comerle terreno en la oposición a CiU. El PP ha presentado una moción de censura contra Maragall, sabiendo que no va a encontrar el menor apoyo parlamentario, y lo hace, en labios de Josep Piqué, nada menos que para un ejercicio colectivo de autocrítica, de catarsis parlamentaria y para indicar a la sociedad que hay otras formas de hacer política, en relación a la de los veintitrés años de Pujol y al año y pico del tripartito. Pero el seny no ha desaparecido; ocultaba, como muchas alfombras de tres nudos, el clamor del tres por ciento, que tal vez vuelva, a base de componendas, bajo la alfombra, con la querella de CiU retirada y la moción de censura del PP originando la próxima semana un espectáculo parlamentario del que sólo el grupo popular saldría perdiendo, al exponerse de nuevo a la luz su tremenda soledad. Una soledad que ni Carod-Rovira, hablando con Josep Piqué, ha mitigado.

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