Callejones

EL PLENO del Ayuntamiento de León ha tenido que dar marcha atrás en la dedicatoria de una calle al «Día del orgullo gay», para evitar mofas entre vecinos, según consta en las actas del secretario. Al parecer ha habido protestas porque algunos de ellos, dicen que estrechos de mente o de lo que sea, se negaban a encargar tarjetas de visita con el añadido de «segundo piso, ascensor». Como en el tango. León siempre ha sido liberal en este tipo de cuestiones y, que uno recuerde, por donde la calle de Matasiete, la cual no es manca, se baja a la de Apalpacoños, en el Barrio Húmedo. Debe de ser jodido remitir una carta o un paquete desde esas direcciones, según el cartero. En los pueblos de la periferia, como San Andrés del Rabanedo, pasaba lo mismo muchas décadas atrás y el famoso puticlub de los setenta, el Sirocco , tenía bula en la calle de Jesús Nazareno, barrio de Pinilla, donde atardecían hasta el amanecer, primero el propio gobernador civil Pinilla, que dio nombre al barrio, y luego dicen que su colega Francisco Laina, de alias el fino Laina , por las chaquetas cruzadas de azul marino características de la época. El 23-F llegó a ser presidente del Gobierno en funciones. Al lado de La Bañeza había también un pueblo que se llamaba Sacaojos, ahora rebautizado como Santiago de la Valduerna, y un poco más acá queda Moscas del Páramo, donde el tabernero no vendía ni una tapa. También la calle de Aquí no hay quien viva se llama la del Desengaño. Lo del alcalde deben ser ganas de incordiar.