Los trenes del olvido

OTRA VEZ a vueltas con el «cha-ca-chá» del tren. Al parecer sólo se visionan desde este balcón los trenes del olvido. Los demás los ven pasar desde los andenes. El andén de una estación es como el abrazo entre la tristeza del adiós y el regocijo del encuentro. Ayer volvió a elevarse el cupo de mi preocupación. Leí en El Norte de Castilla que en Valladolid continúan trabajando, con rigor y profundidad, para hacerse con la reparación de locomotoras de Renfe que hasta ahora se llevaban a cabo en Villaverde (Madrid). Además de fabricar trenes AVE -«el más informatizado y rápido del mundo sobre raíles»- para la multinacional alemana Siemens, quiere concentrar la reparación de locomotoras diesel y eléctricas tradicionales que, en su mayor parte, se hacían en la localidad madrileña. Y también en León. Si prosperase esa pretensión de Valladolid, el taller de reparaciones de material motor de León, no sólo no se potenciaría, sino que podíamos darlo por desaparecido. No pintaría nada. Quedarnos como un pequeño taller, a ciento y pico de kms. de otro gigantesco que absorbería todo el trabajo, equivale a entregar la tarjeta de su agonía. En el nuevo diseño de Renfe, León tiene asignada la reunificación de los dos talleres en uno de reparación de material motor y de mercancías. Las migas del gran bocadillo ferroviario. Hace tiempo que vengo denunciando la poca atención que los partidos políticos, las instituciones, los empresarios y sindicatos, prestan al futuro ferroviario de León. Y especialmene a los puestos de trabajo que se pueden crear como consecuencia de la fabricación de los nuevos trenes. Mientras en Valladolid tienen constituida una plataforma -«Valladolid, Alta Velocidad 2003»-, en la que todos los agentes están unidos como una piña para potenciar sus talleres, en León están todas las cabras sueltas. Corremos el riesgo de perder los ya disminuidos talleres que nos quedan por ausencia de un proyecto ambicioso y de futuro. En este caso, no va a servir echarse la culpa unos a otros. Si esta ocasión se pierde, será culpa de todos los partidos políticos, de las instituciones, de las organizaciones patronales y de los sindicatos por miopes e inútiles. En cambio, lo que empieza a dar señales de ir por buen camino, o mejor dicho, de esquivar las nubes negras, es la compañía Lagun Air, ahora propiedad de los empresarios leoneses aglutinados en torno a Agelco. Caja España ya coparticipa en la sociedad con el 10%. La buena nueva quedó rubricada antes de que la mayoría de empresarios de Agelco emprendieran viaje a Chicago, Los Ángeles y Las Vegas. Lagun Air ya ha firmado con un «tour operator» para ofrecer paquetes de avión y hotel. Tiene cubiertas todas las plaza para Semana Santa a Palma de Mallorca, Málaga, Alicante y Valencia. Pueden celebrarlo en el «hall» del «Cáesar Palace», a lomos de una nave romana sobre el lago, mientras escuchan jazz del bueno, brindando por el futuro. Un futuro que aún no se ha estrenado, pero puede ser posible.