EN BLANCO
Solidarios
TRADICIONALMENTE las fechas de Semana Santa resultan ideales para realizar un lavado a fondo de conciencia, entremezclado con el ornato y la vistosidad de esos desfiles procesionales que se han consolidado como una de las mejores bazas de las expectativas turísticas leonesas. Pero la sed de bien, por así decirlo, no debe limitarse a unas fechas tan relevantes en el calendario emocional, y más en esta acelerada e inclemente época caracterizada por un desprecio simplista hacia los disidentes y los «otros». Son miles y miles los sin techo y marginados a los que el tiempo y la penuria han transformado en supervivientes, condenados a una existencia de segunda clase que ocupa el último escalón en la larga escalera diseñada por una sociedad blindada de desdén e indiferencia. Están aquí, entre nosotros, en estado de máxima necesidad pero haciendo bandera de su espíritu libre. En su socorro, a modo de botica tanto del alma como del cuerpo, se ha establecido en torno a Puerta Obispo una especie de triángulo de la caridad, donde auténticos misioneros sociales prestan ayuda material a todos aquellos que no han recibido buena baza en la partida de póquer que llamamos destino. Lo cotidiano y sudoroso, lo real y lo sufrido, se dan cita en el refugio nocturno que dirige en la calle Panaderos el Padre José Luis y un grupo de entusiastas voluntarios, en lo que supone llevar la causa de Dios al terreno de lo práctico. Una mística de la acción que pretende aliviar, de forma generosa y altruista, el intercambio de vacíos que se produce entre la generación de desheredados que nos muestra la otra cara de la moneda pasional. 1397124194