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Publicado por
CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
León

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HAY EN ESTOS MOMENTOS una pequeña batalla en torno a los resultados de los sondeos sobre intención de voto a los que obliga el primer aniversario de las elecciones. Morbo político aparte, una encuesta hecha a tres años de las próximas elecciones no tiene el más mínimo interés. Los expertos nos cuentan que casi la mitad de los encuestados se niega a responder y la otra mitad se limita a darse la razón a sí mismo, es decir, a repetir el sentido de su voto. Pero sobre lo que no arrojan luz los sondeos es sobre las posibilidades de que el Gobierno de Zapatero se mantenga en el poder durante los tres próximos años, ya que eso dependerá de la fortaleza de los pactos con los socios parlamentarios. Por esa razón Rubalcaba y Puicercós están intentando estos días llegar a unos acuerdos que den estabilidad al gobierno de Zapatero durante el resto de la legislatura. Sí podemos prever que el coste del apoyo que prestarán ERC e IU va a ser gravoso. En lo económico y en las concesiones territoriales, estatutarias. Algunos politólogos e incluso políticos del PSOE serían partidarios de un adelanto de las elecciones a fin de conseguir una mayoría absoluta que les permitiera gobernar sin la dependencia de IU y ERC. Pero ¿cómo tomar una decisión tan arriesgada sin la seguridad de ganar las elecciones anticipadas? Y es en este punto donde aparece la verdad sobre los sondeos en torno a la intención de voto, de tal manera que podemos concluir que si Zapatero no se decide a convocar unas elecciones en el término de unos meses o de un año es porque los sondeos le dan resultados negativos. Este es el verdadero contraste. En la medida en que el gobierno se atreva a ir a una nueva consulta electoral, podemos asegurar que sus sondeos no le son favorables. En esas condiciones su única salida es aguantar, cumplir la legislatura, mantenerse en el poder hasta que se agote el mandato. A la inversa, la mejor prueba de que los sondeos aprueban la gestión del Gobierno sería una convocatoria electoral para llevar a cabo una política propia, no condicionada. De todos modos, los sondeos más fiables, a mi entender, han sido dos hechos electorales: la celebración de las europeas y el referéndum sobre la UE. Las primeras nos demostraron que, a pesar de encontrarse el PP en unos momentos de depresión psicológica, los resultados fueron prácticamente de empate. Es decir, se redujo la diferencia entre los dos partidos respecto a los resultados del 14-M. La interpretación del referéndum es aún más negativa para el partido del Gobierno. Estas dos consultas han sido más que sondeos. Han revelado por dónde van realmente las voluntades ciudadanas.