Diario de León

TRIBUNA

Por dignidad, no más padres canguros

Publicado por
JOSÉ ANTONIO PANERA BERMEJO
León

Creado:

Actualizado:

SOY UN PADRE separado de sus hijos por decisión materna, o sea porque la madre de éstos no considera que yo tenga el mismo derecho que ella a la crianza y educación de los menores, desde hace cuatro años. Desde septiembre pasado estoy viviendo una irregularidad en la custodia de mis dos hijos, de doce y nueve años, respectivamente. El primero por decisión propia desde las fechas y el segundo dos días después por circunstancias no deseadas por mí y después de llevar más o menos un año realizando los intercambios en Aprome están viviendo conmigo. Pasadas las Navidades, el mayor decide regresar con su madre como respuesta a diversas promesas hechas por ella o porque las expectativas que tenía en el cambio no se le cumplieron. En estos momentos el hijo mayor vive con la madre y el hijo menor con el padre, todo esto con el conocimiento y seguimiento de Aprome y del juzgado, debido a varias denuncias cruzadas. Esta situación está revestida de diversas circunstancias que condicionan las actitudes de los dos adultos y la de los dos menores implicados en el asunto. Dadas las circunstancias, tengo los conceptos muy claros al respecto después de mucho tiempo y muchas dudas. Creo que los conflictos familiares los deben resolver las propias familias y que sólo deberían intervenir las instituciones o la Justicia cuando los padres maltraten a sus hijos o se maltraten entre ellos, pero en ningún caso debería desposeer de un legítimo derecho del cuidado y educación directos que tenemos sobre nuestros hijos, porque eso es tanto como dejarlos huérfanos, dado que la paternidad responsable es una actitud no una causa. Estamos asistiendo en estos últimos años al gran despropósito del padre canguro del fin de semana alterno en el que nos hacen perder nuestra dignidad como padres, desposeídos de derechos, pasando a formar parte de una nueva fauna social, abandonada y sin futuro, que por el hecho de separarse de la madre de tus hijos te separa también de ellos en el mejor de los casos, se queda en la indigencia o pasa a formar parte de manera provisional de otro grupo, el de maltratadores, sobre el que aprovecho para manifestar mi más profundo rechazo a esa manifestación de violencia. La decisión sobre cómo deben educar a los hijos es tarea de los padres y en caso de tener dificultades se nos debería obligar antes de llegar a la Justicia a solicitar un mediador para ayudarnos a solucionar el conflicto, un especialista en la materia que ahorraría mucho tiempo a la Justicia y allanaría el camino para encontrar la mejor solución para los niños, acercando las diferencias y alertándonos a lo que nos exponemos si no se llega a un acuerdo responsable de lo que le puede ocurrir y debería ocurrir que es que la Justicia de pronunciarse lo debería hacer en el sentido de ser más comprensiva con el progenitor más colaborador, que menos extorsione, en definitiva el más generoso. Que en ningún caso quiere decir tratándose del varón «lo que tú quieras mujer», sino que sin perder de tus derechos como padre estés más cerca de los derechos de los niños y de tu bienestar. La igualdad entre sexos es nuestro objetivo social que en esta sociedad del bienestar existan desigualdades entre hombres y mujeres. No nos lo merecemos. Y un paso adelante es conseguir que ese noventa y siete por ciento de custodias que hoy día se dan a las madres, en muchos casos, es cierto, por convicción y en otros muchos por ignorancia o simplemente por comodidad, se reparta con los padres que cada vez en mayor número estamos preparados para afrontar el porvenir en igualdad y no nos aparten y nos releguen al papel que todas las mujeres han tildado de machista. Pues ya hemos llegado, que se enteren todos: estamos aquí y no para ayudar sino para ejercer nuestra responsabilidad y nuestras obligaciones de padres, que es el cuidado y educación de nuestros hijos. Que nos hagan hueco, cada vez son menos los machistas que sostienen ese 97 por ciento de custodias a favor de las madres y más los que queremos estar ahí activos, luchando por lo que es nuestro y sin que nos quiten lo que más queremos, nuestros hijos. El hecho de que haya una separación que de por sí ya es traumática entre padres no da pie para separar a los hijos de uno de ellos. Debemos de buscar entre todos fórmulas para que esto no siga ocurriendo, para que muchos «buenos padres de familia» dejen de seguir quedándose sin sus hijos sólo por ser la solución más cómoda. ¿Cómoda para quién? Creo que una de las mayores dificultades cuando hay un padre comprometido y nos e le permite ser partícipe del cuidado y educación de sus hijos con las pensiones en algunos casos desproporcionadas, en comparación con los gastos que ocasionan los niños, administradas por las madres custodias, o los privilegios sobre la vivienda. Si lo tienen todo, ¿qué objetivo tiene la negociación? Debemos partir de la igualdad. ¿Estas mujeres que no representan la totalidad y sólo al sector que nos enfrenta, serían capaces de asumir el reto sin esos privilegios? ¿Por qué renuncian a realizarse socialmente, compartiendo la educación de los hijos con los padres de éstos? ¿Realmente qué significado tiene? ¿Es otra frustración más? Los padres que estamos llegando y que nos atrevemos a hablar de igualdad, no queremos los hijos para nosotros solos. Queremos que también tengan madre. Queremos compartir el cuidado y la educación de nuestros hijos con sus madres. La custodia compartida es, hoy por hoy, la única solución realmente inteligente cuando los dos padres son responsables. Cuando no hay una patología clara que excluya a uno de ellos.

tracking