Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

DE REPENTE, ahí estaba el libro, como si fuese un jirón del pasado. Johnny cogió su fusil , la novela de Dalton Trumbo que él mismo convirtió en film. No fue para mí una película más, ni para nadie que la viera a principios de los años setenta. Me llevó a verla mi padre, porque le insistí. Qué misterioso el susurro del pasado. Un libro, una canción, una foto  pueden tardar décadas en revelarnos su verdad. Mi padre ha fallecido en febrero y ahora allí, en un escaparate, me reencuentro con aquella historia vinculada a mi adolescencia, al amor recibido. Recordé enseguida el argumento: un joven soldado de la I Guerra Mundial queda atrozmente mutilado por una mina; sin brazos, ni piernas, sin rostro identificable... pero vivo, aunque nadie en el hospital puede concretar si piensa o siente. La realidad era mostrada en blanco y negro, mientras que los recuerdos del soldado se nos mostraban en color. En España caló como una película antilibelicista, mientras que el dilema de la eutanasia,  pilar fundamental en la historia, quedó en segundo lugar frente a los elementos más políticos o circunstanciales de nuestra realidad de entonces. El protagonista recordaba cómo su padre le perdonó cuando le rompió su mejor caña de pescar, cogida a escondidas. Salimos del cine y esa fue la escena que más le gustó al mío. Recuerdo también que el público aplaudió cuando un sacerdote le espeta a un general: «el muchacho es víctima de su profesión, no de la mía». Compré el libro. Lo tengo sobre la mesilla. Lo cojo. Lo vuelvo a dejar. ¿Y si me decepciona?. Quizá lo inicie cuando acabe el que estoy leyendo. Quizá. Qué extraño es todo. Y qué hermosa la voz del pasado en nosotros.

tracking